El título de la muestra, "Sana, sana, potito
de rana", alude a la frase que se dice a los niños, a modo de mantra
sanador para consolar las heridas que aquejan, aquella musicalidad auditiva que
calma el dolor por la fricción.
Del mismo modo, esta muestra, inspirada en el
organismo humano y su mecánica de defensa y protección contra virus o
enfermedades, pretende sorprender y encantar con imágenes que aluden al
interior humano, células, ADN o procesos que sanan y protegen al cuerpo.
La exposición se compone de obras construidas en capas
de madera de distintos espesores, con distintos troqueles y perforaciones, que
finalmente suman a un todo armónico que completa la imagen.
Sol dibuja, esculpe y pinta estas obras en madera
mezclando paletas de colores, generando tramas abstractas y con movimiento a
partir de capas que se descubren visualmente. Juega así con el tamaño, poniendo
a disposición del espectador un tejido visual que se recorre desde lejos y
desde cerca, revelando las distintas capas que aparecen entretejidas,
produciendo un efecto visual cinético.
Las obras
se titulan “Hemostasia”, nombre de la primera fase de la cicatrización, que
remite al proceso de recuperación de la experiencia vivida por la pandemia y la
herida provocada en el cuerpo individual y social.
En esta exposición, Sol Guillon sigue cultivando su
manejo tecnológico y el traspaso de planos virtuales 2D a una tridimensional de
cuerpos volumétricos.
Su lenguaje plástico está basado en la abstracción geométrica, las proporciones y las líneas puras. La fragmentación y la superposición de planos invita a descubrir múltiples significantes y el trabajo en serie sobre un mismo tema, con infinitas variaciones de color, de formas, de líneas, pretende que cada representación haga sentido en distintos observadores.
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