El resultado es una suerte de antología
que abarca desde narraciones surgidas de trabajos de investigación hasta
ensayos de pluma más libre que incorporan opiniones que en ocasiones pasan de
lo jocoso a lo irónico. Tal como señala el prólogo del libro: “Se trata de
escritos políticamente “correctos” o “incorrectos” porque según el punto de
vista del lector cada quien encontrará –pensamos- de los unos y de los otros”.
La
mayoría de los textos fueron divulgados originalmente en publicaciones
académicas de lectura restringida, otros responden a la biblioteca interior del
autor o son simplemente desvaríos.
Si bien en los de origen académico se
mantienen los contenidos, se alivianó su redacción despojándola de términos especializados
para acercar la obra a todo público, también se llevaron a cabo modificaciones
como la eliminación de citas y otros recursos propios del código paper.
Bernardo Subercaseaux Sommerhoff es Doctor
en Lenguas y Literaturas Romances de la U. de Harvard (EE.UU.). Profesor de la
Facultad de Filosofía y Humanidades de la U. de Chile, donde cursó su
licenciatura. Ha sido docente en las universidades de Chile; de Washington,
Stanford y Maryland (EE.UU.); de La Habana (Cuba); y del Rosario (Colombia).
Autor de varios libros, entre ellos Historia del libro en Chile.
Desde la Colonia al Bicentenario (Lom Ed, 2010), Historia de las ideas y la cultura en Chile (Ed. Universitaria, 2011), co-autor de El mundo de los perros y la literatura. Condición humana y condición animal (Ed. UDP, 2014). Simón Bolívar y La Carta de Jamaica: una figura en disputa Lom, Ed, 2016) Actualmente dirige el Centro de Lenguas y Culturas del Mundo, de la Faculta de Filosofía y Humanidades, U. de Chile.
Extractos del libro
¡Chile es mi segunda patria!: Vicente
Huidobro
El adjetivo “heroica”, también tiene que
ver con este campo, y apunta a una lucha en condiciones excepcionalmente adversas,
que le otorgan el carácter de hazaña y que revela por ende valentía y un temple
de ánimo que no se amilana. El uso de estas voces en el campo estético, aunque
es metafórico, conserva y proyecta su sentido original.
El concepto de vanguardia apunta,
entonces, no sólo a lo nuevo, sino “a lo nuevo en batalla”. Cabe entonces preguntarse:
¿Con qué y contra qué se enfrenta Huidobro? ¿Cuál es el contexto y el clima de época
que llevó a la crítica a calificar de “heroica” esa primera etapa”?
¿Se debe sólo al hecho de que el poeta en ese
momento inicial fue el “pontífice” y al mismo tiempo casi el “único sacerdote”
del creacionismo que propiciaba? ¿O más bien a las dimensiones, extensión y
preponderancia de la adversidad que estaba enfrentando? ¿Cuál era y, en definitiva,
qué características tenía el clima y la atmósfera cultural con los que luchaba?
Un camino para responder a estas interrogantes es examinar la recepción que tuvo
la obra y las ideas tempranas de Huidobro.
Las mujeres también escriben malas novelas
Inés Echeverría de Larraín -Iris-
(1869-1949), es, junto con Amanda Labarca, Mariana Cox Stuven (Shade) y Teresa
Wilms, una de las figuras más importantes de las letras femeninas de las
primeras décadas de este siglo.
“Alborada es una novela
"monstruo", en primer lugar, por su tamaño (2536 páginas y seis
volúmenes) y pesadez, pero también porque su elaboración estética es confusa,
en la medida en que más allá del género novela histórica en que se inscribe,
proliferan distintas pulsiones genéricas, sin que se advierta una voluntad
compositiva que unifique artísticamente a la totalidad. (…) No se trata de una
novela caleidoscopio, ni de una novela mosaico, tampoco de una novela
vanguardista.
Se trata más bien de una novela convencional, en que hay un desorden por exceso y por falta de elaboración estética (la autora quiso llevar a cabo una novela histórica tardorromántica, una novela feminista, una novela espiritualista y moralizante, una novela en clave, una novela social, una novela documento, una novela alegórica y una novela de costumbres)”.
El ensayo del autor, luego de un
pormenorizado análisis, concluye que se trata de “una novela abigarrada y
confusa que tiene interés como documento y que evidencia que una causa justa e
históricamente necesaria –como la del feminismo- no basta para darle
consistencia estética a una obra”.
Nuestro déficit de espesor cultural
La conmemoración de 1992 y la controversia
en torno a la participación chilena en la Feria de Sevilla puso, una vez más,
en circulación, preguntas como ¿qué somos ¿hacia dónde vamos? y ¿cuál es
nuestra verdadera identidad cultural? Frente a tales inquietudes, vale la pena
mirar hacia atrás. La cultura no es la realidad real, la cultura chilena no es
por ende equivalente al país o a la nación, es más bien un recorte, un modo en
que la sociedad se expresa y se autorrepresenta, una suma y una trama de
sentidos e interpretaciones que han tenido una fisonomía cambiante.
En el Chile de hoy la organización
audiovisual, massmediatizada y tecnológica de la cultura pareciera afectar
todas las actividades, desde la política a la educación, desde el teatro y la
literatura hasta el lenguaje, la religión y el tiempo libre.
Los medios, sobre todo la TV, han dejado de “mediar”, pasando sus contenidos a constituirse en mediaciones socioculturales de sí mismos, en coconstructores de la realidad percibida. En política las campañas y el posicionamiento comunicacional son con frecuencia más decisivos que las ideas o que lo realmente efectuado. Quien tiene los focos y las cámaras tiene también los votos. La violencia irracional que aparece en la TV no es muy distinta de la que miles de niños y adolescentes encuentran en ciertas películas y video-juegos.
Política y cultura: encuentros y
desencuentros. A propósito de Cataluña, la Araucanía y los permanentes “gallitos”
entre Chile y Bolivia
Hablar de una nación plurinacional, que
contiene a más de una nación parece para el ciudadano de a pie una
contradicción. ¿Cómo puede ser que lo que es UNO sea también DOS y hasta TRES?
Si aclaramos la génesis de los dos conceptos de nación y los ámbitos que
involucran, la contradicción desaparece.
Por una parte, tenemos el concepto de
nación como institución política, heredero de la ilustración y de la revolución
francesa. Así concebida la nación implica un Estado, una base territorial, una
unión de individuos gobernados por una constitución y unas leyes. Se trata de
una institución propia de la modernidad que reemplaza a otras formas de
territorialización del poder como fueron los imperios, los principados o las
monarquías.
Es dentro de este marco que Chile, Perú y
Argentina emergen como republicas en las primeras décadas del siglo XIX,
rompiendo con esa forma arcaica que fue el imperio y la Colonia.
La concepción política de la nación, va a
ser, empero, rearticulada y cuestionada por el pensamiento alemán, con ideas
que van a significar un viraje en el uso del concepto. En el romanticismo
germano se gesta una concepción cultural de la nación que es antagónica a la
ilustrada, en la medida que pasa a ser definida por sus componentes no
racionales ni políticos.
Pelarco: un “síntoma que inquieta” (no a
todos)
Pelarco es una comuna campesina de cerca
de 8000 habitantes ubicada en el valle central, en la provincia de Talca, en
una zona que simboliza la ruralidad y las tradiciones del Chile criollo. (…) Durante
varios años Raquel Argandoña, la alcaldesa más prominente de Pelarco, una diva
de la Televisión, casada entonces con un agricultor de la zona, puso gran parte
de sus esfuerzos edilicios en la realización en gran estilo de un Concurso que
ya existía, de un evento que durante su mandato concitó la atención
massmediática de todo el país: la elección de Miss Pelarco.
Con el apoyo de distintos sectores y
medios publicitarios de la capital, el evento se realizó en el gimnasio de
Pelarco, imitando el formato audiovisual de uno de los programas de mayor
audiencia y mercado en la industria del entertainment: la elección de Miss
Universo.
Un locutor de smoking, con jóvenes
campesinas que se esforzaban por disimular su timidez, entrenadas y vestidas
por modistos de Santiago, paseándose en bikini o con vestidos forrados en
brocato y glamour. Cámaras, las preguntas de rigor a las concursantes y el
consabido llanto de la coronación. Periodistas y locutores de radio de
distintos puntos del país siguiendo el espectáculo.
El evento consiguió lo que la hoy día ex
alcaldesa y diva se proponía: instalar en el imaginario de las muchachas y
campesinos de Pelarco el sueño de una noche globalizada. La elección y su
resultado fue cubierta por todos los medios. Un periódico de circulación
nacional señaló que la varita mágica de la alcaldesa había tocado a la comuna.
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