Esta semana se dio inicio a un nuevo año
escolar, esta vez presencial y con jornada completa, realidad totalmente
opuesta a los dos periodos que le anteceden. Durante estos años de grandes
cambios, tanto docentes, como equipos pedagógicos, sostenedores y estudiantes
junto a sus familias lograron superar adversidades que hoy son experiencias que
no se deberían dejar atrás, y que incluso, podrían representar el salto que la
educación chilena necesita.
“Las comunidades educativas tienen un gran
desafío en este retorno a clases, ya que deberán enfrentar tres ejes fundamentales:
El curricular, el didáctico y el emocional”, señala Carla Saldivar, asesora
pedagógica de la Editorial Ziemax. Para la profesional, el diagnóstico será
complejo debido a la importante diversidad que hay dentro de la sala de clases,
ya que hay niños que en estos años sólo asistieron online, otros que estuvieron
presenciales cuando se pudo y otros que lamentablemente estuvieron
completamente fuera del sistema por falta de conectividad.
Una vez teniendo el diagnóstico, agrega
Saldivar, se podrá avanzar en el primer desafío, que corresponde a la cobertura
curricular. “Este año seguiremos con la priorización curricular, sin embargo
esperamos avanzar más rápido por las clases presenciales y la jornada completa,
que serán un aporte para poder nivelar de forma más fluida”, explica.
El segundo desafío, en tanto, es el
didáctico. “No podemos parar de innovar en el proceso de enseñanza y sería un
error grave dejar de incorporar la tecnología que incorporamos en estos dos
años, por ejemplo para captar la atención de los estudiantes y diversificar los
instrumentos de evaluación”, complementa.
Finalmente, se encuentra la emocionalidad, “desafío trascendental para las escuelas, que hoy tienen el llamado a contener a los alumnos”.
Sobre este tema, Carla Saldívar añade que en este tiempo los
estudiantes estuvieron en un lugar seguro, de confort, “hay niños que
comenzaron su escolaridad durante la pandemia y que por primera vez se
enfrentan a un contexto escolar completo, otros que ahora asumen la
enseñanza media o que no vivieron el proceso normal de cambio a un nuevo
colegio, todos estos sucesos sin duda pueden afectar al proceso de enseñanza,
por lo tanto hay un desafío de contener esta emocionalidad en todos los
niveles, para que no afecte de sobremanera en lo que se espera en lo curricular
y lo didáctico”, puntualiza.
De esta forma, la asesora pedagógica de la Editorial Ziemax expresa que es responsabilidad de la comunidad completa no perder lo conquistado, “si bien la falta de presencialidad fue una pérdida, se ganaron otras, como el dialogo con los alumnos a través de las redes sociales y las aplicaciones, tecnología que permitió mantener una comunicación activa y en el mismo idioma en que interactúan las nuevas generaciones”.
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