Entonces, bajo la dirección de las fuerzas de
ocupación soviética, se instaló una dictadura que duró 40 años: no se
realizaban elecciones libres y el Parlamento y el sistema judicial eran
controlados por el SED.
Para asegurar su poder, se creó un gran aparato de
seguridad, cuyo pilar fundamental fue el Ministerio de Seguridad del Estado,
popularmente conocido como “la Stasi”, quienes tenían el mandato de eliminar a
“elementos enemigos”; era a la vez policía política secreta interna, autoridad
de investigación criminal y servicio de inteligencia exterior.
Tras la reunificación alemana se inició el proceso
para acordar la gestión y el acceso a los expedientes de la Stasi, lo que dio
origen en 1991 a la ley sobre los documentos de la Stasi y la creación del
cargo de Comisionado Federal para su administración.
Esta fue la primera ley en el mundo, que creó una
autoridad basada en el Estado de derecho, que abrió los expedientes de una
policía secreta para permitir su análisis personal, jurídico e histórico.
“Nos llamaban enemigos” se basa en estos expedientes
y aborda la función de la Stasi, durante este periodo revelando su estructura,
actividades y formas de proceder. Para ello, se centra en las personas que se
convirtieron en blanco del aparato de seguridad del Estado: sus vidas se
retratan en una secuencia biográfica especial.
Para su actual montaje, la exposición incluye parte
de los expedientes que la Stasi elaboró sobre la comunidad chilena residente en
la RDA, que partió al exilio tras el golpe de Estado de 1973 y que la RDA,
acogió alrededor de 2.000 militantes de los partidos políticos vinculados a la
izquierda en Chile, quienes junto a sus familias llegaron a conformar una
comunidad de casi 5.000 personas.
Gran parte de la comunidad de exiliados, se agrupó en
la organización Chile Antifascista (CHAF) que sirvió al gobierno del SED para
controlar y dar instrucción ideológica, a quienes llegaban desde Chile y estuvo
bajo la atenta vigilancia de la Stasi.
El enorme aparato represivo controló secretamente a la
comunidad chilena, elaborando expedientes policiales confidenciales con el
objetivo de eliminar lo que consideraban “riesgos de seguridad” ideológicos y
políticos.
La muestra es una colaboración internacional
organizada por el Archivo para los Documentos de la Stasi ―parte del
Archivo Federal Alemán―; la Fundación Konrad Adenauer; el Ministerio de
las Culturas, las
Artes y el Patrimonio; y el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos.
“Nos llamaban enemigos” se inauguró este martes 9 de noviembre a las 12:00 horas, en la Galería de la Memoria del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos y podrá visitarse, hasta el 20 de febrero.
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