El libro “Estrellas desde el San Cristóbal. La
singular historia de un observatorio pionero en Chile (1903-1995)” de la historiadora
Bárbara Silva acaba de ser publicado por Editorial Catalonia
En este libro la historiadora Bárbara Silva
reconstruye con rigor y de manera muy amena los cientos de descubrimientos,
aventuras y personajes asociados a este observatorio, hechos tan singulares que
pueden servir de inspiración para una novela o una serie televisión.
Bárbara Silva, explica que “esta historia que comenzó
como la Estación Austral del Observatorio Lick multiplica su interés y su
atractivo, tal como los espejos del espectrógrafo multiplicaban los reflejos de
esa ciencia. Entre gringos, latinos, científicos y políticos, entre modernidad
y ciencia, entre tradiciones y patrimonios, se ilumina la historia de un
pequeño observatorio en el hemisferio sur”.
Un día de otoño de 1903, el astrónomo norteamericano
William H. Wright llegaba al puerto de Valparaíso, luego de cruzar los océanos
con un enorme telescopio y todas sus piezas; un espectrógrafo, múltiples
espejos e incluso, el domo que recubriría esta tecnología de vanguardia de la
época.
Su viaje, tenía el objetivo de replicar el Lick
Observatory, ubicado en California y así, indagar los astros que no eran
visibles desde sus latitudes. Es así, como el distante Chile sería su hogar en
los próximos años.
Difícil le resultaba imaginar a Wright, que la
astronomía llegaría a ser, un siglo más tarde, una actividad de fundamental
importancia en este pequeño país del fin del mundo y mucho menos, que su propio
trabajo, sería una pieza clave en el desarrollo científico de los chilenos.
Se iniciaba así la construcción de un pequeño
observatorio en Santiago, en lo alto del cerro San Cristóbal.
Más de cien años después, en 2010, el Observatorio
Manuel Foster, como se llamaba entonces, adquiría la categoría de monumento
histórico y consolidaba su carácter patrimonial en un país que se había
levantado como un polo astronómico mundial.
Los detalles que alinean la historia que destina a
Chile a estos astrónomos pioneros podría formar parte de la mejor novela de
aventuras. En ese mismo registro de amenidad la autora nos presenta esta sólida
investigación histórica que ilumina los orígenes de nuestra astronomía.
El cerro San Cristóbal —antiguamente Tupahue (en quechua:
‘Centinela’), está ubicado en Santiago, la capital de Chile. Tiene una
altitud de 880 msnm y una prominencia de 280 metros, es el segundo punto
más alto de la ciudad, superado por el Renca. El cerro se encuentra entre las comunas de
Providencia, Las Condes y Vitacura teniendo a sus pies, al Barrio Bellavista.
El cerro San Cristóbal, que además de ser parte de un
conjunto de montañas, junto a los actuales cerros Chacarillas, Los Gemelos
y La Pirámide, dan forma al parque Metropolitano de Santiago, el parque urbano
más grande de Chile y uno de los más grandes del mundo, con aproximadamente
722 hectáreas de extensión.
El observatorio, Foster, como actualmente se le denomina,
estuvo hasta fines de los años veinte, en manos de científicos estadounidenses
y luego fue traspasado a la Universidad Católica de Chile siendo cerrado en 1995.
Hoy el edificio y su cúpula se esconden bajo una tupida vegetación.
Estrellas desde el San Cristóbal, es parte de la
Colección Ciencia & Vida, que coedita la Fundación del mismo nombre y
Catalonia, con el objetivo de difundir el conocimiento científico desde sus más
diversas especialidades a nivel masivo como un aporte a la comprensión,
reflexión y acercamiento a las ciencias.
Disponible en librerías de todo Chile, en nuestro
sitio web www.catalonia.cl y en formato
eBook en www.amazon.com
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