lunes, 17 de febrero de 2020

Cortometrajes chilenos se la juegan por llegar a los Oscar


Durante la semana pasada, el séptimo arte ha estado de fiesta en el Biobío, gracias a la realización de la vigésima versión del Festival Internacional de Cine de Lebu, CINELEBU, único festival del Cono Sur con la característica de ser calificador de cortometrajes para los premios Oscar, posicionándolo como el certamen más importante de América Latina.

Noventa y dos cortometrajes se encuentran compitiendo en 10 categorías, donde los ganadores de Ficción Internacional, Ficción Regional y Animación Internacional tienen como uno de los premios, el ser presentados ante el jurado calificador de los premios Oscar, entregados por la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos, el premio más importante en el orbe.

“Hace años que la competencia está siendo de un nivel bien importante, donde nos están llegando los seleccionados de los Goya, los seleccionados de los Oscar y otros grandes festivales, y el nivel de la competencia es bien alto y muy complejo para decidir, porque hay muchos cortometrajes buenísimos”, indicó la directora de CINELEBU, Claudia Pino.

En la categoría de Animación Internacional, son tres cortometrajes chilenos que se encuentran en competencia de un total de 22.

Los títulos son “La Chica del Vestido Rojo y Sombrero Amarillo”, del director Álvaro Rozas; “Américo y el Nuevo Mundo”, de Luis Briceño y Laurent Crouzeix; y “Vi’e Moko & Vi’e Kena”, de Waitiare Kaltenegger y Marcelo Varas.

 Por su parte, en Ficción Internacional son tres los trabajos chilenos que compiten contra otros 16 y son los cortometrajes son “¿Te puedo llamar?”, de Leopoldo Muñoz; “Tez Morena”, de Iñaki Velásquez; y “Aislamiento”, de Patricio Blanche”.

“¿Te puedo llamar?, Es un corto que trabaja con la memoria, el recuerdo y los sueños”, comentó su director, Leopoldo Muñoz.

 “En este trabajo, tenemos dos ideas narrativas que son la idea de lo perecible del cine, del recuerdo de la memoria y por otro lado, está la intriga amorosa de qué va a suceder con un matrimonio sin hijos que tiene como problema, que la cotidianeidad se ha vuelto aburrida y los deseos sexuales de él, no son los mismos deseos sexuales que tiene su mujer entonces, ahí hay un problema que es el tedio cotidiano conyugal y que la sexualidad es algo tan íntimo que a veces uno ni siquiera lo puede compartir con quien comparte la cama”, agregó el realizador.

En cuanto a “Tez Morena”, Iñaki Velásquez, su director, sostuvo que “al ver el cortometraje, los espectadores se encuentran con una sorpresa grande, porque la trama es que se trata del abuso de Carabineros, pero, el tema principal es algo que está debajo y que es algo que muy pocas personas conocen pero es algo en relación a la raza, a la identidad y es algo que va a dar mucho que hablar en los próximos años”.

Según Velásquez, la invitación a ver “Tez Morena” es que “son siete minutos de su vida que probablemente lo va a dejar con ganas de conversar, con ganas de debatir e investigar, y creo que ese es el valor que tiene ese cortometraje: la post experiencia de haberlo visto”.

 En tanto, en la categoría de Ficción Regional son 12 los trabajos que están en competencia, los que van desde Coquimbo hasta Coyhaique.

Uno de ellos, proveniente de Til Til es “La Mamita”, de la directora Laura Donoso.

Francisca Durán, asistente de dirección, comenta que “ de este cortometraje, en el trabajo se habla de la impunidad, de cómo no se hace nada respecto a aquellas personas que hicieron daño en el pasado y siguen viviendo como si nada”.

La directora de arte de “La Mamita”, Dara Jadue, quien también estuvo en Lebu, sostuvo que “la invitación a ver este corto es porque es algo actual, que se basa en una historia real, de una enfemera que de verdad trabajó para la DINA y que formó parte de muchas vulneraciones de los derechos humanos, y que sigue viviendo como cualquier persona”.

Otro de los cortometrajes en la competencia es “Sed”, de Coquimbo, de Mijael Milies, trabajo que, según su director “muestra la historia de la última mujer en la tierra en un mundo apocalíptico, donde el agua se ha acabado”.

Según Milies “es un drama de horror intenso y que al verlo, nos deja pensando varias cosas sobre el futuro de la humanidad y la importancia del agua, es un cortometraje que remueve la conciencia, que hace pensar sobre nuestro futuro cercano”.

Junto a ellos se encuentra el cortometraje de Valparaíso “Las Perras”, de la directora María Carolina Quintana.

Según la realizadora, el trabajo “encuentra un espacio donde se hace realidad la fantasía de la venganza”. Esto, porque, a veces, uno tiene rabia y quiere fantasear con eso y eso está bien y deberíamos aprovechar estos espacios oníricos que nos entrega el cine para poder realizar estas ficciones”.

La cineasta sostiene que “si vemos la fantasía de los gringos masacrando a medio planeta, por qué no vamos a poder nosotras las mujeres fantasear con la venganza a través de una superheroína urbana, que puede ser tu vecina, tu hermana, tu misma y eso es lo que encontramos en Las Perras”.

Los otros trabajos en competencia son “Love from Santiago, de Inti Rowland y Derek Yau; “Ciruelas y Humo Verde”, de Amanda Mora; “El Campo Sangriento”, de Vicente Campos; “La Densidad”, de Ignacio Bastías; “Cabra Chica”, de María Jesús Sáiz; “Truco”, de Osvaldo Oyarce; “Sin Lugar para el Descanso”, de Cristóbal López; “Un pájaro me lo susurró al oído”, de Yovanny Fierro y “Héctor”, de Victoria Giesen.


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