“Soledad crio siete hermanos/ y su sangre
dejó en su pan, / y sus ojos quedaron negros/ de no haber visto nunca el mar”,
estos versos corresponden al poema “Todas íbamos a ser reinas”, de Gabriela
Mistral.
Si bien Mistral no compartió con Zamudio,
una biógrafa de la poeta boliviana afirma que esta leyó su obra en 1954, año en
que la poeta chilena expresó: “Dos grandes mujeres conozco y admiro en Bolivia:
Adela Zamudio y Marina Núñez”.
“Ese verso de Mistral pareciera dedicado a
Zamudio, quien en sus inicios poéticos escribió bajo el seudónimo de Soledad,
pero, claro, se trata solo de una feliz coincidencia”, comenta Virginia Ayllón,
poeta e investigadora literaria, quien es considerada la mayor difusora del
pensamiento de Zamudio en Bolivia.
Ayllón es una de las voces más respetadas
y combativas de la intelectualidad boliviana contemporánea y este 11 de
octubre, a las 19h —en plena celebración del Día de la Mujer en Bolivia, fecha
que además conmemora el natalicio de Zamudio—, presentará vía virtual en Chile,
la selección poética Nacer Hombre del sello Vísceras Editorial, proyecto
financiado por el Fondo Nacional de Fomento del Libro y la Lectura,
convocatoria 2021, del Ministerio.
La responsable de libros como La ausencia
de Adela Zamudio (Nuevo Milenio, 2012); Cuentos (Plural, 2013) o El pensamiento
de Adela Zamudio (Plural, 2019), estuvo a cargo de la selección de la antología
en formato plaquette, iniciativa que espera difundir en territorio chileno el
trabajo escritural de la poeta, considerada el centro de la genealogía de la
escritura femenina en Bolivia.
Y es que Zamudio no ha sido ni es una
poeta olvidada. En este sentido, la investigadora recalca los esfuerzos de una
crítica literaria abierta a inicios de siglo, lo cual ha permitido a los
lectores encontrarse con los sentidos más profundos de su obra.
“Es maravilloso y a la vez una
coincidencia porque las modernas y jóvenes feministas ‘charlan’ muy bien con
otra moderna feminista como fue Adela. Creo que a las/os jóvenes del potente
movimiento feminista chileno les puede interesar”, añade la escritora.
La publicación Nacer hombre incluye poemas
emblemáticos de Zamudio que dicen de su feminismo, pero también otras líneas de
su pensamiento, por ejemplo, su ética cristiana humanista, sus reflexiones
existenciales, su crítica a la hipocresía social, su ser y estar en el mundo,
su rechazo y develamiento de lo que en realidad es el progreso.
“De los poemas seleccionados, ‘A un
suicida’ y ‘En el campo’, son dos de mis preferidos”, comenta la investigadora
y añade que su criterio para armar la antología fue “acercar al lector y la
lectora chilena a la poesía de Adela Zamudio, tratando de mostrar los más
importantes sentidos de su poética. Ella no hacía manifiestos, ella plasmaba en
el arte de la palabra su pensamiento”.
Ante su llegada a nuestro país, Ayllón
cree que, si Adela Zamudio siguiera entre nosotros, estaría feliz: “No dudo que
siempre que pudo leyó cuanto texto literario de Chile llegara a sus manos. Creo
que le encantaría conocer el mar y, sobre todo, al pueblo chileno que es
maravilloso, sin duda alguna”.
Adela Zamudio nació el 11 de octubre
de 1854 en la ciudad de Cochabamba, Bolivia.
Fue
hija de Adolfo Zamudio y Modesta Rivero; vivió con sus hermanos Mauro, Arturo y
Amadís. Estudió en la escuela católica de San Alberto en su ciudad natal,
pero solo cursó hasta tercero de primaria, pues en esos tiempos era la máxima
educación que se ofrecía a las mujeres durante el gobierno del presidente Mariano
Melgarejo.
Sin
embargo, a pesar de todas las dificultades que existían para las mujeres durante
su adolescencia, continuó instruyéndose a través de la lectura.
A fines del siglo XIX, después de que
el Partido Liberal asumiera el gobierno, comenzó a trabajar como
profesora en la misma escuela donde se había educado. Posteriormente, fue
directora de la Escuela Fiscal de Señoritas (1905).
Cultivó la poesía neoromántica —comenzó a
publicar sus versos en 1877 con el seudónimo Soledad, en el citado El
Heraldo— y la prosa. Escribió una novela epistolar — íntimas, en torno al
clero corrupto y la hipocresía circundante" — y relatos (La inundación, Noche
de fiesta, La reunión de ayer, El velo de la Purísima, El
diamante, etc.).
Adela Zamudio falleció en su ciudad natal
el 2 de junio de 1928 a los 73 años de edad
Después de 52 años de su fallecimiento y
en homenaje al nacimiento de la poetisa, el gobierno de la presidenta Lidia
Gueiler Tejada, instituyó en 1980 el Día de la Mujer, que en Bolivia
se celebra cada 11 de octubre.
La Municipalidad de Cochabamba instituyó en su honor el Premio de Cuento Adela Zamudio, que se otorga desde 2006. Para inscribirte al lanzamiento haz click aquí
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