La exposición “CENSURA: el silencio puede ser un
plan rigurosamente ejecutado” propone una reflexión sobre las
estrategias artísticas de resistencia frente a la censura,
entendida ésta de manera amplia como todas las formas con que el
poder controla la circulación de información.
La exposición toma como punto inicial para la
reflexión, los vetos que vivieron las revistas Apsi,
Análisis, Cauce y Fortín Mapocho durante la dictadura en el
año 1984, y abre un diálogo con situaciones de censura presentes.
La muestra curada por Samuel Espíndola y Vania
Montgomery reúne la obra de nueve artistas que a través de
distintos formatos (instalación, performance, bordado,
fotografía), reflexionan sobre la censura desde diferentes perspectivas,
abordando temas como la migración, la estigmatización del VIH/SIDA y la
persecución política contra el pueblo mapuche, entre otras. Astrid
González, Daniela Catrileo, Paula Coñoepan, Wilkellys Pirela,
Camila Ramírez, Lucas Núñez, Katherine Suil, Carlos Soto Román y el
colectivo Delight Lab son los artistas que forman parte de la
muestra.
Sobre los hechos que dan urgencia a esta
muestra en la actualidad, el equipo curatorial señala: “En Chile,
particularmente a partir de octubre de 2019, al uso sistemático de
prácticas represivas propias del terrorismo de Estado, se suma el monopolio de
los medios de comunicación, la desmesurada protección a monumentos militares,
la urgencia por invisibilizar las marcas de la revuelta popular y la evidente
manipulación de informes y amedrentamiento a diversos actores sociales”.
“CENSURA: el silencio puede ser un plan rigurosamente ejecutado” estará abierta al público en el segundo piso del Museo de la Memoria, de martes a domingo de 10:00 a 16:30 horas, desde el 27 de octubre al 27 de febrero.
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