La muestra, que estará
disponible a partir del 7 de marzo, reúne una selección de obras de la artista
nacional Marta Colvin (1907-1995), una de las escultoras más importantes de
Latinoamérica.
Esta antología de esculturas
presenta piezas traídas desde instituciones como el Museo Marta Colvin en
Chillán, Centro Cultural Gabriel Mistral (GAM), Museo Bellas Artesl Museo de
Arte Contemporáneo y la Cámara Chilena de la Construcción, entre otros.
Las esculturas que se
exhibirán en la CCLB exploran la monumentalidad, el movimiento y el equilibrio,
y están construidas con materiales como bronce, piedra y terracota
“A la escultura uno debe
entregarle la existencia, la vida, para ser un buen escultor, un buen artista.
Es igual como entrar a una orden religiosa”. Marta Colvin Andrade (Chillán,
1907-1995)
Marta Colvin es una de las
escultoras más destacadas de Chile y Latinoamérica, reconocida por su obra
monumental y su capacidad para capturar la esencia de la naturaleza y la
identidad cultural latinoamericana.
Su pasión por el arte surgió
de manera inesperada, guiada por su profesora de dibujo, Noemí Mourgues
Bernard, quien la invitó a experimentar con el modelado en greda. Este
encuentro despertó su vocación artística, que desarrolló con el Grupo Tanagra
en Chillán.
El terremoto de 1939 marcó un
punto de inflexión en su vida: tras la destrucción de su hogar, se trasladó a
Santiago y decidió dedicarse profesionalmente a la escultura, ingresando a la
Escuela de Bellas Artes, donde se graduó en 1945.
Posteriormente, gracias a una
beca del Gobierno de Francia, estudió en la Academia Grande-Chaumière en París.
Esto le permitió impulsar su
carrera artística, relacionarse con grandes maestros europeos y obtener otra
beca para continuar sus estudios en la Slade School de Londres, donde conoció
al escultor inglés Henry Moore. Moore la alentó a enfocar su obra hacia sus
raíces latinoamericanas, integrando influencias de las culturas prehispánicas,
el paisaje latinoamericano y la escultura moderna.
Colvin expuso en diversas
ciudades de Francia, Bruselas, Ginebra, Osaka, Seúl y Ciudad de México. En
Santiago, la primera obra del Parque de las Esculturas de Providencia,
Pachamama, fue de su autoría. Su trayectoria fue reconocida con el Premio
Internacional de Escultura en la Bienal de Sao Paulo en 1965 y el Premio
Nacional de Arte de Chile en 1970, entre otros.
Ovni I o Vuelo I (1977)
Madera policromada
Actualmente, gran parte de su
legado se encuentra en el Museo Marta Colvin de la Universidad del Bío Bío,
sede Chillán, y en el Museo Nacional de Bellas Artes, institución que posee su
archivo personal.
La piedra y la
monumentalidad
Los materiales predilectos de
Marta Colvin para crear sus obras son piedra, madera, bronce y terracota,
considerados materiales nobles por su alta calidad, durabilidad y resistencia.
La piedra, extraída
directamente de canteras por la propia artista, refleja la conexión con la
tierra y la monumentalidad; la madera aporta versatilidad, permitiendo
diferentes formas, texturas y movimiento; el bronce combina fortaleza y
maleabilidad, permitiendo acabados de gran detalle; y la terracota, de carácter
ancestral, representa la conexión con las raíces prehispánicas que inspiraron
gran parte de su obra.
La piedra, su material
predilecto, le permitió plasmar una visión abstracta de las energías y fuerzas
de la naturaleza, especialmente de la cordillera de los Andes, que desde su
infancia en Chillán había cautivado su imaginación.
“Yo también me he preguntado
qué me impulsa a buscar la monumentalidad a través de la piedra como mi
material de preferencia”, declaró en una entrevista, refiriéndose a su
fascinación por esta imponente cadena montañosa.
El proceso creativo de esta
artista era complejo y meticuloso. Motivada por su curiosidad y búsqueda
constante, Marta Colvin llevaba sus ideas a bocetos y dibujos, pinturas o
grabados, para luego crear maquetas de yeso y cemento, posteriormente desarrollar
múltiples copias en diferentes materiales y dimensiones para, finalmente,
realizar obras monumentales. Este proceso le permitía explorar una idea en
profundidad, desarrollándose al máximo.
Si bien sus primeros pasos en
la escultura estuvieron marcados por lo figurativo, durante su estadía en
Europa -y gracias a la influencia de destacados artistas, entre ellos el
escultor Henry Moore-
Marta Colvin transformó
profundamente su enfoque para buscar formas más simples y abstractas.
Paradójicamente, su experiencia en Europa la llevó a reconectarse con sus
raíces latinoamericanas, lo que se reflejó en su obra con temas relacionados al
paisaje y la naturaleza.
Las cuatro estaciones (1989)
granito blanco 120x30x30cm
“Fue en un viaje por los
países vecinos que me interesaba conocer para llenarme de la cultura
latinoamericana, Perú, Bolivia. Por un desperfecto del avión tuvimos que bajar
en la pampa, yo no conocía el norte: esa noche no me acosté mirándola, era algo
maravilloso, esa cosa era única en el mundo, in-emplazable.
Pensé: ‘somos herederos de
esto que está aquí’. Sentía que la tierra se movía. Sentí que esto es lo
nuestro, es nuestro continente. Es una vergüenza que esté llenándome de Europa
y no vea lo nuestro. Fue entonces que juré ser artista latinoamericana"
(Libro “Órbita de Marta Colvin”, p.36).
La
Corporación Cultural de Lo Barnechea invita a la comunidad a visitar esta
exposición única que celebra el legado de una de las más grandes escultoras de
Latinoamérica.
La muestra estará abierta de lunes a domingo en horario continuado de 9 a 19 horas desde el viernes 7 de marzo hasta el domingo 8 de junio, en el Centro Cultural El Tranque, Av. El Tranque 10300, Lo Barnechea.
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