Esa es la reseña que se puede ver en la página de Netflix sobre “Adolescencia”, la serie del momento en el mundo.
Se trata de una de las producciones
de televisión más comentadas de los últimos años, donde se profundiza sobre la
influencia de las ideas incel (célibes involuntarios), que animan a los hombres
a culpar a las mujeres de su falta de relaciones y oportunidades.
Jack Thorne, guionista de la serie, reveló
a la BBC que se metió a agujeros de gusano en línea similares a los sitios
4Chan y Reddit para ver el mundo a través de los ojos de Jamie, el joven
protagonista de “Adolescencia”.
"Eran los blogs y vlogs más pequeños
y las pequeñas cosas como gente hablando de un videojuego, pero luego
explicando a través de ese videojuego por qué las mujeres te odian. Eso fue lo
que me pareció más inquietante", afirmó.
La miniserie británica, de cuatro
episodios, también aborda la masculinidad moderna y el acoso en línea. Rodrigo
Rojas-Andrade, psicólogo escolar y académico de la escuela de Psicología de la
Universidad de Santiago de Chile, profundizó con Diario Usach acerca de esta producción.
Sobre por qué piensa que es un éxito,
indicó que “la serie conecta porque habilita el reconocimiento mutuo. Nos
recuerda que los adolescentes no necesitan tanto ser corregidos como ser
comprendidos. Y que acompañarlos no significa controlar, sino estar presentes,
escuchar sin juzgar y sostener cuando el mundo se les vuelve incomprensible”.
El especialista agregó que “en una
época en que la salud mental adolescente está en crisis, Adolescencia ofrece
algo más que entretenimiento: ofrece lenguaje, espejo y posibilidad. Y por eso,
creo, ha logrado lo que muy pocas obras consiguen: instalarse en la
conversación pública con legitimidad emocional y potencia transformadora”.
Masculinidad tóxica y
el fenómeno incels
La producción de Netflix aborda diversos
temas que afectan a los adolescentes, algo que quizás no se habla lo
suficiente en las aulas, entornos familiares e incluso entre amigos.
El académico Usach planteó que “desde la
perspectiva de la psicología escolar, la serie 'Adolescencia' representa con
notable precisión y profundidad los temas de masculinidad tóxica, la gestión
del rechazo en la adolescencia y el uso de redes sociales como forma de
bullying y la autopercepción, articulándolos en una narrativa coherente con lo
que sabemos de ciclo vital en ese momento, salud mental y los estudios sobre
socialización de género.
Lo interesante es que la serie no los trata como problemáticas individuales o psicopatológicas, sino como expresiones de un malestar relacional y cultural más amplio”, aseguró.
Uno de los temas que trata “Adolescencia”
tiene relación con la masculinidad tóxica, algo que para el psicólogo se puede
ver en distintos personajes de la producción de Netflix. “Se observa cómo
varios personajes se ven atrapados en los mandatos de una masculinidad
hegemónica que valora la dominación emocional, la autosuficiencia afectiva y el
éxito heterosexual como signos de valor personal”.
El experto agregó que “esta representación
es coherente con décadas de estudios en masculinidades, que han mostrado cómo
este ideal genera una doble carga para los adolescentes varones: por un lado,
limita su capacidad de reconocer y expresar emociones legítimas como el miedo,
la tristeza o la vulnerabilidad; y por otro, los empuja hacia conductas de
riesgo, hostilidad o repliegue defensivo”.
Por otro lado, para Rodrigo Rojas-Andrade
“el fenómeno de los incels (acrónimo de 'involuntary celibates), jóvenes que se
autodefinen como célibes involuntarios y que, al sentirse rechazados en el
plano afectivo o sexual, desarrollan narrativas de resentimiento, victimización
y misoginia, es algo que muy bien tratado en la serie.
El programa no solo visibiliza esta
realidad, sino que la humaniza, mostrando que detrás de ese resentimiento hay
muchas veces dolor no reconocido, vergüenza internalizada y una ausencia de
referentes adultos que validen experiencias emocionales distintas”, detalló.
Potencial pedagógico
Para el psicólogo, la producción de
Netflix podría ser un material muy importante para difundir en las escuelas,
algo que sí o sí debe ser acompañado con un apoyo de profesionales de la
materia.
“La serie no solo tiene un alto valor
narrativo, sino también un enorme potencial pedagógico y emocional. Verla en
contextos educativos puede ser una excelente oportunidad para abrir
conversaciones que muchas veces no se dan, ya sea por falta de tiempo, de
lenguaje común o de espacios seguros.
Lo que permite una obra como esta es
introducir, desde la identificación emocional, temas que de otro modo serían
difíciles de abordar: la vergüenza, el deseo, la exclusión, el dolor del
rechazo, la búsqueda de pertenencia”, aseguró.
Por último, señaló que “mostrar la serie o segmentos de ella, a las familias, o trabajarla en encuentros con apoderados, puede generar una oportunidad única para construir un lenguaje compartido entre generaciones. Los adultos muchas veces no comprenden el mundo emocional adolescente actual, y esta serie puede ser un puente para comprender, escuchar y acompañar mejor”.
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