lunes, 31 de marzo de 2025

Haruki Murakami regresa a librerías con Retratos de jazz

 Escrito en primera persona, y con la cercanía de un apasionado por el género, el autor japonés construye una accesible y excelente iniciación al jazz.

La publicación, disponible desde el 1 de abril en librerías chilenas, cuenta con ilustraciones del artista Makoto Wada.

Mucho antes de convertirse en un célebre escritor, un adolescente Haruki Murakami recibió como regalo para su cumpleaños número quince entradas para un concierto de jazz en Kobe. "Me quedé atónito. Nunca había escuchado una música tan increíble", recuerda el autor de Tokio Blues. 

Surgió en ese momento un vínculo con el jazz que marcaría su vida y que se convertiría en el germen de Retratos de jazz, un libro fascinante compuesto por cincuenta y cinco textos, cada uno dedicado a un músico del género, acompañado de una ilustración del artista japonés Wada Makoto y de un comentario sobre un álbum de cada figura musical.

Cada «entrada» se convierte en una pequeña y deliciosa historia, en un fragmento de memoria autobiográfica, en consejos a la hora de escuchar a un intérprete, o en frescas pinceladas para describir a un artista o una época.

Así, desde el mítico Chet Baker hasta Ella Fitzgerald, por el libro desfilan grandes figuras como Billie Holiday, Duke Ellington, Bill Evans o Art Pepper.

A mediados de los 70, Murakami era dueño de una colección de 3000 vinilos. Era ya un melómano. “Trabajé duro, ahorré dinero, pedí muchos préstamos a amigos y familiares y poco después de dejar la universidad abrí un pequeño club de jazz en Tokio", cuenta.

Se trataba de un local pequeño y modesto que solía estar lleno de humo pero que resultaba acogedor para los amantes de la música de Kokubunji, una pequeña ciudad al norte de Tokyo. Junto a su esposa, bautizaron el lugar como Peter Cat, en honor al gato de Murakami. 

"Servíamos café durante el día y bebidas por la noche. También servíamos algunos platos sencillos. Teníamos discos sonando constantemente y músicos jóvenes tocando jazz en vivo los fines de semana. Seguí así durante cinco años. ¿Por qué? Por una sencilla razón: me permitió escuchar jazz desde la mañana hasta la noche", relata el escritor superventas. 

Al abrir Retratos de jazz los lectores tendrán la sensación de haberse sentado a una de las mesas de aquel local mientras el propio Murakami le cuenta, en un tono confidencial, cálido y entusiasta, anécdotas y pormenores de las canciones que se escuchan.

Durante casi cinco años, el ahora reconocido escritor y su esposa tuvieron un bar musical en Kokubunji, una de las ciudades que componen la Metrópolis de Tokyo. Cada día, Murakami, melómano empedernido, pinchaba jazz de su propia colección de vinilos.

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