En Chile sólo el 2% de la población es capaz de leer
comprensivamente un texto, situación que, aunque ha levantado las alertas, se
sigue estableciendo con una fuerte brecha entre colegios particulares y
municipales.
Si bien en promedio la capacidad lectora en Chile está al
mismo nivel de países de la OCDE, al desglosar las cifras se puede apreciar que
los estudiantes de colegios municipales se encuentran más cercanos a países de
África y Centroamérica, mientras que sus pares de establecimientos pagados, lo
están de las naciones desarrolladas.
Sin embargo, esto no afecta únicamente a las personas en
etapa escolar, sino que también al resto de la población, ya que en su conjunto
se llega a la increíble situación donde sólo el 2% entiende lo que lee.
Carla Saldívar, asesora pedagógica de Ziemax, indica
que el motivo de estos bajos índices se debe a que los propósitos están
mal enfocados, ya que “en un comienzo tenían que ver con la alfabetización de
las personas, pero no en la lectura como acción de comunicación. Es decir, se
centraba en la lectura misma y no en el nivel de comprensión que se
estaba desarrollando, lo que se fue perpetuando a lo largo de los años”.
“En esta línea, la preocupación está instalada, por lo que
los colegios han ido trabajando en las habilidades y las competencias lectoras,
aunque no todavía con el éxito esperado”, añade la profesional.
Para ella, existe además una “mecanización de las
actividades que estamos teniendo en la vida diaria, en el trabajo, en
nuestro rol de padres y no le estamos otorgando sentido al desarrollo de las
competencias lectoras, ni a su significado en el aporte a la comunicación
y eso es lo que debemos cambiar, para considerar que lo que leemos nos sirve,
si le damos la significancia adecuada, en todo nuestro diario vivir”.
En este sentido, Carla Saldívar aconseja realizar una
lectura consciente y, en el caso de los adultos, aprovechar de leer junto a los
más pequeños de la casa, hijos, sobrinos y nietos e ir creciendo con ellos en
el desarrollo de la comprensión.
“Con los niños hay que ir de lo simple a lo más complejo,
aprovechar lo que tenemos en casa, leer el título de una noticia o de un libro
y preguntar de que cree que se pueda tratar, comentar frases publicitarias, por
ejemplo, porque todo eso permite que posteriormente cuando se enfrente a una
lectura, tenga un contexto, y en base a eso, la lectura se hace más fluida,
porque va generando sentido y conectando con otras áreas”, puntualiza.
Asimismo, la asesora pedagógica, indica que Ziemax busca
vincular el desarrollo del pensamiento crítico en relación a la lectura y el
proceso metacognitivo, preocupándose precisamente de dejar de ver la lectura
como una decodificación de información y apreciarla como parte de un proceso
comunicativo de comprensión.
“En nuestras series trabajamos la transversalidad, porque a través de nuestro material la niña o el niño está desarrollando una habilidad comprensiva que le permite potenciar su pensamiento crítico cada vez que se enfrente a un problema de resolución de cualquier materia, determinando cuál es la idea principal y cuáles son los hechos y detalles que se presentan en cada situación”, complementa.
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