En preámbulo a la obra de teatro Ligeros de Equipaje de
Jorge Díaz, Daniel Sueiro expresa que el “exilio no es una palabra, ni es un
drama, ni una estadística sino que es un vértigo, un mareo, un abismo, es un
tajo en el alma y también en el cuerpo cuando, un día, una noche, te hacen
saber que aquel paisaje tras la ventana, aquel trabajo, aquel amigo, aquella
silla y aquel hueco en aquel colchón, aquel sabor, aquel olor y aquel aire que
habías perdido, lo has perdido y lo has perdido para siempre, de raíz y sin
vuelta. Si somos capaces de sentirlo, siquiera un instante, tal vez pueda
evitarse volver a caer en él nunca más”.
Son las emociones que Naín Noméz quiso reflejar en su libro
de poemas “Exilios de Medusa” publicado por Lom Ediciones.
En este libro Nómez, retoma un tema presente en sus
poemas anteriores: el exilio donde, considera que el ser humano es un gran
exiliado, puesto que vive permanentemente fuera de sí y además, la
perdida del territorio ancestral, tema que actualmente, marca a sociedades
enteras que están en permanente movimiento, cruzando fronteras culturales y
geográficas, ya sea por razones sociales, políticas o económicas y que
provoca en las personas el sentimiento de desarraigo profundo de la identidad
individual y colectiva que ha hecho del exilio una experiencia traumática.
Esta reflexión, busca, de una u otra forma, conjurar
"el otro nombre de la muerte", como Shakespeare denominaba al
exilio. A "los que se fueron", puesto que al fin y al cabo habían
salvado la vida, algo que no es exactamente cierto ya que su vida desapareció
del lugar donde querían vivir".
El exilio conlleva un desarraigo doloroso del medio en que
hemos crecido, un choque que te hace sentir desadaptado, una cascada de
tristezas y añoranzas por tus seres queridos, comida, amigos, música y tu país.
¿Alguno lo ha vivido?
En estos tiempos el exilio dejó de ser un castigo legal a un
método de supervivencia, millones de exiliados o refugiados todos los días
empacan lo que pueden y se marchan para salvar la vida yo mismo soy uno de
ellos, abandoné mi país por temor a ser asesinado por los narcoterroristas.
El tema central es el exilio, que en este libro es un
periplo individual de encuentro consigo mismo y los demás—a través de la
interlocutora privilegiada, compañera y testigo imprescindible, la medusa— y
además un avatar necesario o fatal de la así llamada condición humana. Así,
este poemario o poema largo—como personalmente tendemos a leerlo— tiene su
referente y crea su imaginario en una situación contextual y un tema, que han
sido determinantes para el desarrollo de la poesía y la literatura chilenas, es
decir el exilio.
Pero aquí no se ofrece al lector a través de un emisor
poético con carta de ciudadanía, no se trata de un chileno concreto exilado en
una localidad geográfica determinada, ni hay tampoco un conjunto de situaciones
e imágenes que lo sitúen histórica y contextualmente, salvo quizás en los
poemas finales, pero esto solo se le insinúa al lector.
A diferencia de la mayor parte de los textos poéticos
chilenos contemporáneos, aquí es escasa la referencia inmediata al contexto de
lo que podría ser la coyuntura situacional, solo aparece puntualmente en los
comentarios poéticos que acompañan a cada poema, titulados marginalias, y en
los últimos poemas que recapitulan, cierran, evalúan el periplo del acto de
escritura, auto descubrimiento y arreglo de cuentas que es este libro.
También creemos que el emisor poético en esta obra de Nómez
no calza con un hablante lírico que el lector pueda asimilar al hablante lírico
que se espera en un discurso poético, no solo por no estar situado
contemporáneamente, sino por su peculiaridad, ya que se introducen diversas
voces que hacen que este libro sea bastante dialógico.
Incluso se llegan a insinuar estados identitarios
escandalosos y múltiples. Entonces, este poemario se lee un poco a contrapelo
de la lectura habitual de poesía—por su densidad y materialidad lingüística, su
estilo que a veces roza la impenetrabilidad, su manera de privilegiar la
sugerencia frente a la exposición, su carácter de prosa poética, su abundante
alusión a personajes míticos clásicos. La misma elección de esta cultura y su
mitología como referente del imaginario del poema es sorprendente, sobre todo
en tiempos de reivindicaciones de alguna manera antioccidentales que abundan en
muchas partes del así llamado tercer mundo.
«El texto escrito por Naín Nómez es un recorrido por la
psique humana a través de diferentes tiempos y espacios, desde Grecia Antigua
hasta hoy, para desmenuzar lo que ocurre con el amor, y sobre todo con la
pasión por los extremos, los límites. Por lo tanto, se convierte en un viaje en
que el exceso del sentido conduce a la soledad, la que provoca el abandono de
sí en el viaje por el otro, al cual se porta como en un rito o una pesadilla.
Más aún, el otro es un ciego impulso a ser. Pero es también una interrogación
al diálogo humano, a la necesidad de habitar con y para otro, el espacio y la
breve vida que buscan en él su lugar, el fundamento de su ser…
Es, según el autor, una especie de historia del género
femenino y al mismo tiempo una crítica del mundo actual: “La historia de medusa
es la invisibilización de un sujeto castigado por querer ser distinto, por
querer vivir a su manera. Es la historia de muchas personas, pero por sobre
todo de las mujeres”.
Una de las presentadoras de este trabajo de Nómez, Eugenia
Brito, poeta y profesora universitaria (Universidad de Chile) lo ve como « un
recorrido por la psique humana a través de diferentes tiempos y espacios, desde
Grecia Antigua hasta hoy, para desmenuzar lo que ocurre con el amor, y sobre
todo con la pasión por los extremos, los límites».
Por su parte, María Nieves Alonso, doctora en Filología
Hispánica y académica de la
Universidad de Concepción, describe este texto como «una
apasionada crónica de desventura, amor y desamor en torno al destino y efectos
de uno de los “monstruos” más potentes, bellos y horribles que cruzan nuestra
imaginería del mal, el poder y el deseo». Agrega que se trata de
“«un libro excéntrico e inteligente” , atravesado por demonios familiares y
demonios salvajes, un poemario que cruza géneros, grafías, reinos, fronteras
voces y verbos que parecen concurrir para indicar, junto a las voces de
la intertextualidad, que la “verdad” de todo lo escrito se encuentra más allá
de lo que comúnmente aceptamos».
El autor
Naín Nómez nació en Talca en 1944. Es profesor de
Filosofía de la
Universidad de Chile, Master of Arts de Carleton University y
Ph. D. en la Universidad
de Toronto, Canadá. Ha publicado más de una docena de libros, entre obras
poéticas, antologías y estudios críticos sobre poetas chilenos y
latinoamericanos. Entre sus obras destacan Pablo de Rokha. Epopeya del
Fuego (1995); Antología crítica de la poesía chilena, en cuatro tomos
(LOM ediciones, 1996, 2000, 2002, 2007); Movimiento de las
salamandras (LOM ediciones, 1999); Ejercicios poéticos para (desde,
alrededor de) la cocina (LOM ediciones, 1999) ambos editados por
LOM. En 1985 obtuvo el Premio de Poesía Universidad de Alberta,
Canadá, y en 2000 su obra fue reconocida por el Consejo Nacional del Libro y la Lectura. El Consejo
también apoyó la escritura de este libro con la beca de Creación Literaria
(2012-2013).