Emilio Agüero cae de su cama
en 2021 mientras dormía. Desde este momento se le diagnostica una demencia por
Cuerpos de Lewy que lo deja dependiente. ¿Cómo vuelve a interactuar una hija y
una familia con una mente ingobernable? ¿Cómo se vuelven a reconstruir las
heridas que deja una demencia?
Éste es el origen de la investigación escénica que la directora y protagonista,
Ignacia Agüero, realiza a partir de un episodio personal y que se materializa
en “Cuerpo de Lewy”. En la obra, Agüero cuenta con la colaboración dramatúrgica
e interpretativa de Carlos Briones, Melchor Pino, Juan Diego Bonilla y Martín
Acuña.
Cruzando teatro, movimiento, proyecciones y performance, el montaje expone un
momento único y revelador: el almuerzo que la hija no alcanzó a tener con su
padre.
En esta comida familiar
fabricada artificialmente, él sólo podrá estar presente a través de réplicas y
fragmentos, representado por una marioneta, resultando en un encuentro con un
padre constantemente versionado.
“Quise hacer una obra sobre
cómo la demencia que le fue diagnosticada a mi papá, no solo lo ha transformado
a él, sino que, a mí, a mi mamá, a nuestra dinámica familiar también. La
cantidad de huellas que ha ido dejando ha sido enorme.
El horror es íntimo porque nadie quiere hacerse cargo, ni verlo. Y por eso quiero mostrarlo. Que se hable, que se sepa, que se piense, que se considere, para que pueda ser sostenido en comunidad”, cuenta su creadora, Ignacia Agüero.
Tras el diagnóstico de su padre, la directora empezó a estudiar sobre el envejecimiento, creó ejercicios corporales para incentivar la movilidad en su padre, transcribió sus consultas médicas, escribió material dramatúrgico, creó una réplica del padre en arcilla y termoplástico y visitó constantemente el restaurant en el que habían acordado almorzar días previos a su deterioro fulminante.
Entonces, como acto
performativo, decidió recrear este almuerzo con los fragmentos de un padre que
no pudo estar, buscando conectar con él.
En escena, los cocineros y garzones del restaurante interpretan también a
cirujanos extractores de “piedras de la demencia", ingrediente esencial
para crear los platos.
Desde el aperitivo al postre,
cada bocadillo servido es un intento de la hija por encontrarse con su padre y
volverse a conocer.
A través de diferentes estrategias sonoras, visuales y escénicas, se intenta
dar forma a esta demencia y dialogar con ella desde lo humano. ¿Cómo es
reunirse con las alucinaciones del padre? ¿Con su inestabilidad emocional?
“El público se encontrará con una obra aguda, honesta, sensible y refrescante, donde comparto lo vivido tras el diagnóstico de mi papá: el cariño, pero también el caos, las contradicciones, el cansancio y el humor”, comenta la directora.
“Cuerpo de Lewy” se pregunta cómo dialogar con quien no está, o no está como quisiéramos que esté. Es una oportunidad para abordar las contradicciones que genera el trauma y desenredar la maraña que deja.
Para hablar sobre la vejez y
la demencia, y el estigma que existe en torno a ella. Y es, finalmente, la
forma que encontró una hija de conversar con su padre extraviado.
Las funciones serán del 20 de junio al 06 de julio, Vi y Sá— 19 h. Do— 18 h. en la Sala B1 (Edificio B, piso 2)
Valor de las entradas: $8.000 Gral.; $5.200 Personas mayores, estudiantes, personas cuidadoras y personas con discapacidad.
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