En el espacio escénico, ocho artistas enfrentados a un mañana poco alentador se reúnen para morir. Ante el miedo a fallar, escogen muertes para ensayar una y otra vez, simulando, sin descanso, su deceso.
Entre la insistencia del ejercicio y la precisión coreográfica que compone cada uno de sus movimientos, surge en el grupo aquello que los sostiene para continuar: la creación.La pieza, dirigida por la actriz Adriana Stuven, se articula a partir de cuadros donde el movimiento de sus intérpretes –quienes provienen de la danza y el teatro– dan origen a una progresión dramática circular que muestra, de forma repetitiva, la misma situación.
En una especie de rito no-fúnebre, los personajes no se sostienen en el diálogo, sino en la representación compartida y cómplice de la simulación de la muerte. “No es solo un gesto de desesperanza. Es también un acto de lucidez en el borde del abismo, para que aparezca con más claridad lo que todavía nos importa”, adelanta Stuven.El montaje aparece, desde su investigación, como un ensayo en torno a la decisión de abandonar la vida en el mundo actual. Tomando como referencia algunos modelos reincidentes de muerte, la puesta en escena pone al centro el cuerpo de sus protagonistas, los cuales traducen los estados y emociones que atraviesan, por ejemplo, las personas adictas al fentanilo o los suicidas del bosque japonés de Aokigahara.
“En Fundamento todo termina. Pero también, en ese término, algo nace: una comunidad breve, un espacio compartido en el que se piensa la propia posteridad”, asegura su directora.
Según Montserrat Ballarin, integrante del elenco, se trata de una propuesta que “plantea una serie de preguntas que nos convocan a todos; la pregunta sobre la muerte, que es un gran misterio, y están puestas esas preguntas sobre el escenario para que podamos resolverlas y especular en torno a ellas en conjunto”. 27 Jun al 6 Jul. Ju y Vi— 20 h. Sá— 18 y 20 h. Do— 19 h.
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