Con
esa frase la psicoanalista presenta Nostalgia del desastre, un estimulante
cruce entre novela y ensayo.
A
partir del relato de un hecho traumático que marca a la protagonista, la autora
traza con elegancia una ruta hacia reflexiones que hablan, entre otras cosas,
sobre memoria, democracia, historia y deseo.
Un incidente transforma irrevocablemente
el mundo de una niña sin nombre, dejándola en una ruina
persistente. Así comienza Nostalgia del desastre, la nueva publicación de Constanza
Michelson.
¿Qué ocurre cuando la realidad, tal y como
lo conocemos, se acaba? ¿A qué aferrarnos cuando todo parece carente de
sentido? En el libro de 224 páginas, la escritora se detiene en la zona
intermedia que existe entre el fin de un mundo y el comienzo de otro. Explora
aquel interludio en el que −según explica− abundan el aburrimiento y el
tedio.
"Hay un aburrimiento común y
corriente, pero hay otro que es angustiante, donde realmente no hay
herramientas psicológicas para usar el tiempo sin sentir que éste te aplasta.
Una conversación nos salva, por ejemplo, en una sala de espera; en esos lugares
donde cuesta demasiado esperar.
Lo mismo en los tiempos intermedios, entre
un mundo que se nos cayó y otra cosa", afirma la psicoanalista. "En
momentos así, la gente suele buscar hablar con alguien, les cuenta a sus
amigos. A veces a desconocidos su historia una y otra vez. Porque la está
creando para afirmarse. En este sentido hay una función del lenguaje que
opera como una red que nos sostiene", agrega.
La psicóloga cuenta que este volumen tuvo
varias versiones. "Pudo ser dos libros en un determinado momento, un
ensayo sobre el aburrimiento y el horror, y otro, más narrativo, sobre una
historia que se cruza con la Historia", menciona.
"Se armó como una sola cosa cuando
encontré la voz de una narradora fallida, que a ratos quiere contar una
historia privada y otras hacer teoría, pero se confunde entre ambas. Se aburre,
es aburrida, se confunde, tiene lagunas y corto circuitos. Intenté
escribir la dificultad de escribir una historia, el trabajo que eso implica,
comenzar y concluir", detalla.
La publicación se sitúa a medio camino
entre el retrato familiar y el ensayo cultural. Es, en este sentido, una obra
arriesgada en la que Michelson confirma su habilidad para diseccionar un hecho
y exponerlo ante el lector desde perspectivas tan distintas como la dificultad
de crecer o la convivencia del mal y el bien.
En Nostalgia del desastre, la autora vincula la vida personal de la protagonista con la historia colectiva, sugiriendo lúcidas interrogantes sobre el momento político y social que atravesamos.
"Nuestros tiempos son los del
entretenimiento, quizá porque es un buen negocio, dado que somos animales que
nos aburrimos, pero también porque habría que preguntarse sobre el lugar que
los comienzos tienen hoy, hoy que no contamos con imágenes de futuro, que
los jóvenes declaran tener ansiedad ante el cambio climático y como muestran
diversos estudios en Occidente: el amor y el sexo van a la baja.
Esa condición existencial, sin horizonte
tiene otro riesgo", planeta Michelson. "Es lo que Camus
escribió en La peste: el horror y la catástrofe comienzan en lugares
sin esperanza, en barrios que crecen hacia adentro, que se comen a sí mismos.
Si ante el tedio no hay la posibilidad de comienzos, puede aparecer otra
reacción: el golpe, la sacudida, el horror", añade.
Con una prosa íntima y remecedora, Constanza Michelson construye un texto estimulante que nos obliga a pensar en asuntos como la memoria, la historia y la complejidad del ser humano en tiempos de crisis y cambio.
Constanza Michelson (Viña del Mar,
1978).
Psicoanalista y escritora. Psicóloga de la
Universidad Diego Portales y magíster en Psicoanálisis.
Ha colaborado como columnista en medios
como La Tercera, The Clinic, El País, The New York Times (en
español).
Es autora de 50 Sombras de
Freud (2015), Neurótic@s (Planeta, 2017), Hasta que valga
la pena vivir (Paidós, 2020), Hacer la noche (Paidós, 2022) y
coautora de Una falla en la lógica del universo (Metales Pesados,
2020).
Con Hacer la noche obtuvo el
segundo lugar en la categoría Ensayo del Premio Mejores Obras 2023.
Es una de las creadoras de la revista de
cultura Barbarie-Pensar con otros.
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