La
desaparición del personaje invita al público a interactuar con las huellas e
imágenes que dejó tras de sí. En escena, su voz es un eco lejano que alerta
sobre los peligros de la crisis climática, los conflictos sociales, la
existencia de un orden secreto que lo gobierna todo y la irrupción de
inteligencias artificiales. ¿Quién era? ¿Por qué decidió restarse
voluntariamente?
En
esta, la segunda parte de la trilogía de la imagen de Colectivo Zoológico
(“Dark”, “No tenemos que sacrificarnos por los que vendrán”, “Mirar”, entre
otras), la compañía busca sorprender con una performance instalativa que ocurre
en 360 grados, con los asistentes siendo parte de la acción.
Con
una década trabajando con cámaras y proyecciones en sus creaciones, la compañía
pondrá en esta oportunidad ocho pantallas alrededor del escenario:
"Dramaturgicamente existe un desafío interesante porque el protagonista
está ausente. Es una aventura de sentido también", reconoce Juan
Pablo Troncoso, dramaturgo del proyecto.
Guille
Aguirre, quien dirige el montaje junto a Pablo Mois, cuenta que
lo anterior es la excusa para acercarse “a la última década del siglo XX,
cuando todavía el estado de cosas del capitalismo era una profecía, y verlo
desde el ojo actual, donde ya estamos habitando las consecuencias del colapso
ambiental, del recrudecimiento de los conflictos bélicos y sociales, haciendo
un puente que nos permita imaginar nuestros futuros posibles”.
Está en nuestras manos producir o no
producirlas. Es parte de nuestras prerrogativas subvertir las jerarquías en
este sentido, o simplemente no mirar", adelantan.
Las funciones serán del 1° al 23 de junio; miércoles a sábado a las 20.30 horas y los domingos 17 horas (excepto 9 Jun). Compra entradas desde $5.200
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