Fotografía análoga y en blanco y negro. Ése es el camino que eligió Sebastián Donoso y por el que ha transitado desde entonces, dando a luz -valga la redundancia- diversos proyectos de autor.
En el último de ellos, su lente retrata a las personas en situación de calle y sus improvisadas viviendas o rukos.
Los rukos son
“refugios autogestionados que marcan su lugar con cualquier cosa que encuentren
a su paso: pedazos de tela, tablas, cartones, planchas de zinc, plásticos. O
recurren a la puesta en escena de elementos ya fabricados, como las carpas”,
como explica la periodista y crítica de arte Catalina Mena.
Lo que busca el autor es –a juicio de la crítica de arte- “relevar el ingenio que se necesita para armar una estructura que resuelva el habitar y, al mismo tiempo, generar una forma original y única, que merece la sorpresa y el aprecio del observador”.
Y Donoso lo logra. Con creces. Porque en esta muestra queda en evidencia -de la mejor manera posible- que el expositor se inició en la fotografía con su tío Sergio Larraín y que es su heredero natural. Como el mítico autor, su mirada rescata la poética de lo cotidiano y se detiene en lo que a simple vista no percibimos.
Si Larraín nos reveló a los niños de la calle, Donoso despliega ante nuestros ojos una realidad muy cercana que preferimos no ver. En este acto, no sólo nos obliga a tomar conciencia, sino que humaniza y dignifica a todas aquellas personas que por opción o necesidad deben vivir en la calle, sin absolutamente nada.
Sebastián Donoso Larraín (1959) es fotógrafo y publicista. Se inicia en la fotografía a comienzo de los años 80, con el apoyo de Sergio Larraín y Juan Domingo Marinello.
Las salas de exposición están abiertas a público de martes a domingo entre las 10:30 y las 17:30 horas. Por sanitización, está cerrado entre las 13:15 a 14:30 horas y a partir del 13 de septiembre se solicitará Pase de Movilidad al ingreso.
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