Esta es la nueva y definitiva edición
de Crónica de la transición, del experimentado cronista Rafael
Otano, que casi 30 años después de su publicación original en 1995, hoy
regresa a su primera casa editorial.
Este libro ayudó a definir una época,
retratando el complicado proceso chileno al momento de enfrentar el fin del
autoritarismo y el comienzo de una nueva vida para el país. Un período marcado
por complejas decisiones entre numerosas encrucijadas de intereses que el
cronista y ex editor de la revista Apsi Rafael Otano plasmó con rigor, humor y
profundidad.
El autor nos presenta una completa
crónica política desde 1984 a 2006, pasando por hitos como la Constitución del
80, el año del cometa Halley, la Concertación y la epopeya del No, el candidato
Aylwin y su primer gabinete, el Informe Rettig y las agrupaciones de
detenidos desaparecidos, el asesinato de Jaime Guzmán, el secuestro de Cristián
Edwards, los triunfos de Frei y Lagos, la caída de Pinochet, entre muchos
otros.
Y es que todos estos acontecimientos han
ido forjando la historia reciente de Chile, llegando a un 18 de octubre de 2019
que hace cinco años marcó el inicio de un nuevo debate constitucional. Sobre
esto, el autor comenta que “no se trabajó para un pacto, sino para un triunfo.
Había mucho más de descalificación que de
ánimo negociador. No sabían o no quisieron saber que una constitución es una
casa común que debemos habitar con opiniones, no con dogmas. Ante estas
circunstancias, el gobierno tomó la decisión de terminar el proceso, la cual,
como mínimo, es defendible”.
El libro revisita hechos que están en la
memoria colectiva de nuestro país y que permitirán entender el presente y
futuro de la política en Chile. Según se presenta el texto, grupos de
analistas sociales creyeron inventar el parto sin dolor, es decir, la
transición sin ruptura, ¿pero fue realmente tan así? En un nuevo epílogo, el
autor debate sobre el fin de la transición, invitando a los lectores a sacar
sus propias conclusiones.
RAFAEL OTANO (Pamplona, España, 1939)
cultiva, entre sus intereses, el de cronista. La crónica, según Otano, exige no
solo investigación de los hechos, sino también un modo propio de narrarlos. No
hay crónica sin sucesos, pero tampoco hay cronista sin estilo.
El autor está familiarizado con el
clasicismo grecolatino, especialmente con sus historiadores. Considera que
estos aún mantienen vigencia y que insertarse en su tradición viva es un modo
de dar brillo a la crónica moderna. Por eso, no tiene dificultad en aprender de
Heródoto y Salustio y gusta de periodistas actuales, como Robert Kaplan y
Svetlana Alexiévich. Considera a los antiguos como inspiradores, los modernos
le valen como maestros.
Otano, periodista por la Universidad Católica de Chile, es licenciado en Teología y diplomado en Latín Clásico por la Universidad Pontificia de Salamanca. Ha atendido la cátedra de Periodismo de Investigación en la Universidad de Chile y en la Andrés Bello. Su divisa personal como cronista es: Rigor, humor y nunca rencor.
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