Tres siglos de historia en el origen y
estereotipo del traje de la mujer campesina del valle central de Chile muestra
la exposición “Origen y estereotipo del traje de mujer campesina en el valle
central de Chile” que se inaugurará el próximo miércoles 16 de septiembre en el
Teatro regional de Rancagua a las 19:00 horas,
Esta exposición forma parte de una
investigación realizada por académico Hiranio Chávez en conjunto con María
Teresa Lobos, Alejandra Alfageme y Monserrat Catalá, miembros del equipo del
Departamento de Teatro de la
Universidad de Chile.
Hiranio Chávez, explica que “esta muestra
devela que la cotidianidad festiva nacional está marcado por una identidad
patriótica estereotipada. Al poner en evidencia el estereotipo, se reconoce la
instalación de un modelo cultural venido de la industria del espectáculo que se
adentró en el modo de ser chileno y su representación".
La investigación que contempló una
exhaustiva revisión tanto bibliográfica como iconográfica de esta temática,
concluyó con la confección de nueve trajes que dan cuenta de la evolución de
las maneras del vestir de las clases media y baja a lo largo de tres siglos,
contribuyendo a poner de manifiesto que lo que hoy conocemos como el traje de
la china, no es más que un estereotipo que hoy ha cobrado valor identitario en
el imaginario colectivo del país.
Tomando como fuentes ilustraciones,
antiguos grabados de artistas viajeros, documentos gráficos, escritos y relatos
de la tradición oral, se investigó acerca del traje de “la china”, que tiene
sus primeros antecedentes en el siglo XVIII hasta el recién pasado siglo XX. La
investigación arrojó un estereotipo que se modificó según las modas y costumbres
imperantes.
Sin embargo, la indagación puede sostener que justamente el actual
traje de la china, se origina en la década de 1930, influenciado por
factores foráneos que nada tiene que ver con nuestra tradición, pero sí con los
procesos de desarrollo y dinámicas culturales, en especial el de la industria
del cine en Chile y Latinoamérica.
Además, a partir de los años 50 con el
desarrollo de una puesta en escena que focaliza sus contenidos en la cultura
tradicional y popular, surgen los grupos de proyección folklórica que recrean situaciones
del campo chileno en los cuales se incluyen, poco a poco, a la música y a la danza
un costumbrismo propio de esa sociedad agraria generando una masificación de
este nuevo género al que incluye el teatro costumbrista.
En los años sesenta, con la influencia de
los ballet soviéticos y mexicanos los procesos de diseño de vestuario para la
representación de la cultura tradicional y popular, cobran fuerza al colocar en
este nuevo espacio de representación, la imaginación, la añoranza bucólica de
una identidad ansiosa por emerger, por tener voz y presencia en una sociedad
que clama por cambios profundos.
Por otro lado, la profesora Alejandra
Alfageme, afirma que "nos interesaba mostrar tejidos,
texturas, teñidos, estampados, moldes y técnicas de confección artesanales que
se usaron en distintas épocas, lo que se aprecia realmente al ver los trajes
físicamente y no solo como una descripción teórica".
"Uno de los aspectos que despierta
mayor interés es la evolución que ha tenido la ropa interior femenina en estos
siglos y que, en muchos casos determina y distorsiona la forma del
cuerpo", añade la docente de la Universidad de Chile.
La muestra comprende catorce maniquíes a
escala humana con los trajes de la china campesina del valle central de
Chile de los siglos XVIII, XIX y XX. El diseño y la realización de estos trajes
se infirieron a partir de documentación recopilada y abarca elementos tan
complejos como la ropa interior de la mujer, hasta el momento no mencionada ni
graficada en crónicas u otros estudios y la muestra fue construida según
las normas correspondientes a las telas, teñidos, costuras y moldes en uso en
las épocas estudiadas.
Esta exhibición contiene un alto valor
patrimonial y educativo, contribuyendo a la reflexión de lo que hoy conocemos
como el traje de la china a través de un análisis sobre la creación de
estereotipos erigidos posteriormente como imágenes identitarias de nuestro
país.