En la jornada de FILSA hoy domingo por la
tarde, se realizará un conversatorio titulado: “50 año de De Rokha: en el lente
de Miguel Littín”. En la actividad, además de reflexionar en relación a su
obra, se presentará un interesante documental para todos los presentes.
Pablo de Rokha, cuyo nombre real era
Carlos Ignacio Díaz Loyola (Licantén, región del Maule, 17 de octubre de 1894-
Santiago, 10 de septiembre de 1968). Poeta chileno que recibió el Premio
Nacional de Literatura en 1965. Es considerado uno de los cuatro grandes de la
poesía chilena junto con Gabriela Mistral, Pablo Neruda y Vicente Huidobro. Fue
un vanguardista que ejerció una gran influencia en la lírica chilena.
La obra del poeta de Licantén es fiel a su personalidad y a su visión de mundo siempre abierta a recibir los elementos de la modernidad, pero al mismo tiempo profundamente enraizada en lo chileno.
Autor de una de las producciones poéticas
más contestatarias y polémicas que emergieran en Latinoamérica a mediados del
siglo XX, Pablo de Rokha -seudónimo de Carlos Díaz Loyola nació en Licantén,
Región del Maule el 17 de octubre de 1894.
Sus primeros años transcurrieron en la
zona central del país, acompañando a su padre, José Ignacio Díaz, en variados
trabajos esporádicos que este desempeñaba, tales como administrador de fundos o
jefe de aduanas y de límites cordilleranos.
Su juventud fue conflictiva y rebelde,
siempre en contradicción con el conservadurismo cultural y político de su
región natal. Sufrió el rechazo de sus educadores, tanto en la Escuela Pública
N° 3 de Talca, como en el Seminario Conciliar de San Pelayo, del que fue
expulsado en 1911 por leer y compartir con sus compañeros (quienes lo apodaban
el Amigo Piedra) libros considerados de autores blasfemos, como Rabelais y
Voltaire y esta expulsión, fue la oportunidad para que el futuro poeta emigrara
a Santiago.
De Rokha articula su obra en un
convulsionado contexto nacional e internacional, caracterizado por la
decadencia del orden oligárquico en Chile y la consolidación del fascismo, el
nazismo y el estalinismo en Europa como preludio a la Segunda Guerra Mundial.
También, fue la época en la que la participación
de las masas se acrecentó, espoleada por el avance de la industrialización y de
las democracias en América Latina.
Hacia 1930, Pablo de Rokha ya demostraba ser
un ferviente defensor del marxismo leninismo (ideología que el poeta vinculaba
a la ética cristiana) y del estalinismo soviético, inclinación que lo impulsó a
militar en el Partido Comunista y adherir, en 1936, al Frente Popular.
En Chile importantes críticos coetáneos al
poeta, tales como Hernán Díaz Arrieta (Alone) y Raúl Silva Castro menospreciaron
su obra y posteriormente, la investigación crítica sobre la misma ha sido
exigua.
El crítico literario que ha trabajado de
modo más vasto la poesía, el pensamiento y la estética rokhiana es Naín Nómez,
quien propone en Pablo de Rokha: una escritura en movimiento (Santiago:
Documentas, 1988), analizar su producción en tres etapas.
La primera, que va desde 1916 hasta 1929,
se caracteriza según el crítico por la influencia del Romanticismo y una
perspectiva anarquista entrelazada con elementos bíblicos y religiosos.
En este período, De Rokha dirigió la
revista Numen, publicó en Claridad su obra "El folletín del Diablo";
y auto editó su libro Loa gemidos (1922), que fue ignorado por la crítica, más
entusiasmada con el modernismo y el mundonovismo imperantes. De esta época
fecunda son también U (1926); Satanás, Suramérica y Heroísmo sin alegría (1927)
y Escritura de Raimundo Contreras (1929).
Sus trabajos del período 1930-1950 están
marcados por el activismo político, a través de textos que buscan una
dialéctica entre lo individual y lo social, como Canto de trinchera
(1929-1933), Imprecación a la bestia fascista (1937), Cinco cantos rojos
(1938), Morfología del espanto (1942) Arenga sobre el arte (1949) y Carta magna
de América (1948), que incluye la Epopeya de las bebidas y comidas de Chile. En
estos años De Rokha funda su propia revista, Multitud: revista del pueblo y la
alta cultura (1939), que más tarde se
convierte también en editorial.
Durante sus últimas dos décadas, se
entretejen en la escritura rokhiana el optimismo revolucionario, la protesta
social y el amor desgarrado por la muerte de la mujer del poeta, quien acusa el
golpe en el libro Fuego Negro (1953).
Su histórica rivalidad con Pablo Neruda se
agudizó con la publicación de Neruda y yo (1955), ensayo en el que De Rokha
califica al parralino de "artista burgués" y lo acusa de plagio. La
controversia continuó luego con la publicación de Genio del pueblo (1960),
libro donde dialogan 111 personajes de la cultura letrada y popular, entre los
cuales aparece Neruda bajo el nombre de Casiano Basualto.
En 1961 publicó Acero de invierno, libro
en el que aparece su poema "Canto del macho anciano" y en 1967, el
que sería su último libro, Mundo a mundo.
Un año después, el 10 de septiembre y a
los 73 años de edad, el poeta se quitó la vida. Luego de su muerte, se publicó
Mis grandes poemas; antología que amplía la ´primera recopilación poética del
autor, Pablo de Rokha. Antología: 1916-1923, publicada en 1954.
Pablo de Rokha recibió el Premio Nacional
de Literatura en 1965 por una obra siempre fiel a una visión de mundo
rupturista y receptiva a los elementos de la modernidad, pero profundamente
enraizada en lo chileno.
La actividad en FILSA está programada a
las 17:00 horas, en la sala Acario Cotapos y liderarán la mesa: Miguel Littín,
Director de Cine; Douglas Hubner, Presidente del Círculo de Periodistas y
cineasta; y Nain Nómez, poeta y académico chileno.
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