Más de setenta títulos como director, casi una
decena consideradas verdaderas obras maestras por la crítica mundial, admirado
por Stanley Kubrick, Woody Allen, Andrei Tarkovsky y Akira Kurosawa, entre
otros.
Todos elementos que hacen indudablemente de
Ingmar Bergman (1918-2007) uno de los cineastas más influyentes de la historia.
Por eso, a 100 años de su nacimiento, el mundo se apresta a homenajear al
realizador sueco.
Y en Chile, la Cineteca Nacional
de Chile, desde el 24 de abril y hasta el 30 del mismo mes, dará inicio a una
muestra con sus más importantes filmes, en versiones restauradas y en alta
definición.
Serán ocho películas, más un documental
biográfico, las que llegarán a la sala de la Cineteca, cedidas por la Embajada de Suecia en
Chile y el Instituto chileno sueco de Cultura. Entre los títulos que se
exhibirán se encuentran El séptimo sello (1957), cinta que abrirá la muestra y
que lo consagró internacionalmente tras obtener el Premio especial del jurado
en el Festival de Cine de Cannes.
Junto a ella, se exhibirá Un verano con Mónica
(1953), Fresas salvajes (1957), Persona (1966), Sonata otoñal (1978), Fanny y
Alexander (1983) y Saraband (2003), la última película que realizó.
Dentro de la muestra se considera también un
conversatorio en el que el público podrá compartir y reflexionar sobre su
trabajo junto a un panel de estudiosos de la obra del realizador.
Será el 27 de
abril, tras la exhibición del documental Bergman Island (2006), de Marie
Nyeröd, en el que el mismo Bergman recorre su alabada carrera, la cual
contrasta con una vida llena de conflictos familiares debido a su complejo genio.
Además, las exhibiciones serán acompañadas de
una exposición gráfica con la línea de tiempo de los momentos destacados de la
vida del cineasta, en el espacio previo al ingreso a la Sala de la Cineteca Nacional
de Chile.
Ingmar Bergman nació en 1918 en Suecia y
comenzó su carrera en el cine en los años cuarenta. Su primer guión, Tortura,
fue dirigido por Alf Sjöber. El reconocimiento que alcanzó la película le dio
un buen impulso para comenzar su carrera como director. Así, en la década
siguiente, estuvo detrás de casi una veintena de películas que le dieron
reconocimiento mundial.
Uno de los primeros galardones fue en el
Festival de Cine de Venecia, donde el filme Música en la noche (1948), compitió
en la selección oficial.
En años posteriores, en el mismo festival, obtuvo
otros siete reconocimientos, por películas como El Mago (1958) y la clásica Fanny
y Alexander (1982).
En cuanto al Festival de Cannes, su primera
distinción la obtuvo en 1956 cuando ganó el Best Poetic Humor por Sonrisas de
verano (1955). De ahí en adelante, le vinieron más nominaciones y
reconocimientos en el certamen, como a Mejor Director por Tres almas desnudas (1958)
y el Premio del Jurado Ecuménico por todos sus trabajos en 1997. En tanto, en
Berlín se llevó el Oso de Oro por Fresas salvajes (1957) y el Premio OCIC por Detrás
de un vidrio oscuro (1961).
Pero también acaparó la atención de la Academia de Artes y
Ciencias Cinematográficas. Estuvo nominado siete veces a los Premios Oscar, a
diferentes categorías y por diferentes obras. Gritos y susurros (1972), de
hecho, lo llevó a tener una candidatura a la categoría más importante, Mejor
Película. Además, en 1971 le dieron el premio Irving G. Thalberg Memorial, que
se otorga a importantes figuras de la industria.
La entrada general costará $2.000, mientras que estudiantes, adultos mayores y adheridos a convenios pagan $1.000. El acceso al conversatorio es liberado.
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