Ensamble Específico, compañía
escénica dirigida por el Actor y director Claudio Marín, estrena en noviembre su más reciente
creación, inspirada en un cuento de Franz Kafka.
Un cartel publicitario, una
mujer ayunando a la vista de todos. Hacer del hambre un arte que inquieta,
cuerpo expuesto, el menor desperdicio de energía posible.
El viernes 8 y sábado 9 de
noviembre habrá funciones en Fábrica Costa. Miércoles 13, jueves 14 y viernes
15 en el Parque Cultural de Valparaíso – Ex Cárcel. La temporada de
estreno cierra el 29 de noviembre en el Centro Cultural Pedro Aguirre Cerda, de
Calle Larga.
Proyecto financiado por el
Fondo Nacional de Artes Escénicas, Línea Creación y/o Producción de Montajes
Escénicos, Modalidad Trayectoria, Teatro, del Ministerio de las Culturas, las
Artes y el Patrimonio.
Claudio Marín, director de la
puesta en escena, señala: “Esta es la segunda obra que abordamos desde un
cuento de Kafka, siendo la primera ‘Informe para una academia’. Me llamó mucho
la atención que en el cuento de Kafka existieran artistas que se dedicaban a
ayunar, como los ascetas en el desierto, los monjes tibetanos, una acción que
suele estar más relacionada a la meditación y purificación del cuerpo, un
ámbito espiritual.
Hoy el ayuno está
espectacularizado en redes sociales, tensiones intrínsecas que se desprenden de
la literatura kafkiana”.
“Según la definición
etimológica de performance, donde el accionar es tan importante como la
palabra o los discursos, los ayunadores serían los primeros performers de
la historia de finales de 1800. Su propuesta consistía en no comer, y eso
conllevaba una puesta en escena.
Se confinaban para demostrarle
al público que no podían romper ese ayuno y la gente se agolpaba a mirarlos, en cápsulas de vidrio o camillas verticales, una
estética bastante espacial, poniendo el cuerpo a disposición del espectáculo,
¿y qué es lo que hace el artista? Nada, incluso no comer”.
“Esa pasividad me parece muy
revolucionaria, por eso acudimos a referentes como Marion Wallace Dunlop, una
de las primeras mujeres sufragistas que a comienzos del siglo XX ocupó el ayuno
como signo político.
Estando presa protestó contra el dominio
británico a través de la huelga de hambre, consiguiendo así ser reconocida como
presa política y luego liberada”, añade Claudio.
Maritza Farías, actriz y
performer, comparte: “Para mí esta obra significa un gran desafío actoral.
Tengo dos roles, con dos vestuarios y peinados distintos. Para mí la obra habla
sobre el vacío humano, esa sensación que muchas veces nos inunda y no sabemos
cómo abarcar. Habla de una búsqueda, la desesperación por algo que no llega, no
logramos entender.
Nos remitimos a Kafka y las
angustias humanas, a través de la dramaturgia de Carla Zúñiga, que construye un
universo donde los personajes se vacían mostrando su interior desde adentro
hacia afuera, con la palabra, la gestualidad, los roles”.
“Performo a La Mujer Que Está
A Punto De Morir, un personaje que hace una revisión de su vida con todos sus
fantasmas, pasó de ser una propuesta delirante a una mucho más sinuosa, una
templanza, una calma con destellos y estacatos, y La Mujer Que Quiere Dejar De
Existir, donde hay un ritmo más rápido, ahogado por la ansiedad.
Ambas admiran a la ayunadora,
la primera la conoció cuando niña, o tal vez era otra ayunadora, y la segunda
le habla y la ayunadora le contesta, siendo que trata de bajar todos sus
niveles corporales a la mínima expresión”.
Las funciones además tienen la particularidad de realizarse en espacios de alta carga histórica y en un formato inmersivo, invitando a los espectadores a escuchar las voces del elenco por medio de audífonos y un dispositivo de sonido que se entrega al inicio de cada función.
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