Tras ello, diciembre partirá con un concierto especial denominado ¡Viva la ópera!, que traerá algunas de las arias más reconocidas del género.
La Orquesta Sinfónica
Nacional de Chile presenta el último concierto de su temporada oficial 2024 con
un programa que tendrá entre sus protagonistas a uno de sus destacados
integrantes, el solista en piano Luis Alberto Latorre.
Premio Presidente de la
República mención música docta 2016, Latorre ha recibido además otros numerosos
reconocimientos a lo largo de su carrera, entre los que destacan el primer
lugar en el Concurso Latinoamericano de Piano Teresa Carreño, Caracas, Venezuela;
el Premio de la Sociedad de Compositores de Chile; Premio Domingo Santa Cruz de
la Academia Chilena de Bellas Artes, del Instituto de Chile; y el Premio del
Círculo de Críticos de Arte mención música en dos ocasiones, entre otros.
El virtuoso intérprete estará
a cargo del Concierto para piano y orquesta n.° 1 en re menor, op. 15 de
Johannes Brahms, el que califica como “una de las obras más importantes y más
increíbles que se han escrito para el piano en la época llamada Romanticismo”.
Latorre, que también es
director del Ciclo de Piano del Centro de Extensión Artística y Cultural de la
Universidad de Chile, resalta además la juventud del compositor al momento de
escribir esta obra, la que comenzó a esbozar cuando tenía 21 años de edad y que
finalizó en 1858 (con 25 años), siendo estrenado en enero del año siguiente por
el propio Brahms al piano, bajo la dirección de Joseph Joachim.
El solista añade que, a pesar
de lo anterior, “es una obra de una gran madurez, de una concepción
completamente distinta a lo que se acostumbraba a escuchar”. Comenta, además,
que tiene características de una sinfonía, donde, si bien el piano tiene un rol
importante como solista, también hay otros instrumentos que se presentan con
papeles destacados, tal como el corno o las cuerdas.
Otro aspecto que sobresale es
que se trata de una obra “tremendamente trágica, seguramente por el momento
terrible que estaba pasando al momento de su estreno. Ya había muerto Robert
Schumann, su gran amigo, su mentor, su maestro, profesor y, además, muerto de
una manera muy terrible, en un manicomio, sin reconocer a nadie.
Antes había tenido un intento
de suicidio incluso, y todo eso yo creo que se refleja en su música”, explica
el pianista.
El programa lo
completará Romeo y Julieta: Suite n.° 2, op. 64, de Sergei Prokofiev,
ballet compuesto en 1935 para el Teatro Bolshoi de Moscú, siendo una de las
primeras obras que escribió cuando decidió volver a Rusia, transformada ya en
la Unión Soviética.
Dado que el tema había sido trabajado anteriormente por algunos compositores en óperas y otras obras, Prokofiev dudó inicialmente. Asimismo, producto de lo inusual de la música y el final feliz que propuso por motivos coreográficos, el teatro rechazó la propuesta y canceló el contrato.
Tras ello, el compositor arregló parte de la música en
tres suites de concierto que escribió entre 1935 y 1945 (además de una obra
para piano en 1937), siendo la Suite n.° 2 la más popular de las tres, cuyas
siete partes son: Los Montescos y los Capuletos, La joven Julieta, Fray
Lorenzo, Danza, Romeo y Julieta antes de la partida, Danza de las niñas
antillanas y Romeo en la tumba de Julieta.
Las entradas para el concierto
se encuentran disponibles a través de ticketplus.cl, así como en la boletería del teatro, ubicado
en Avenida Providencia 43, Metro Baquedano.
Tras esto, la Orquesta
Sinfónica Nacional de Chile ofrecerá un programa especial denominado “¡Viva la
ópera!”, bajo la batuta del director titular del elenco, el maestro Rodolfo
Saglimbeni.
El repertorio incluirá algunas reconocidas arias de óperas de Bizet, Mascagni, Verdi y Puccini, con la participación de los solistas Carolina García-Valentin, soprano; Francisca Muñoz, mezzosoprano; José Azócar, tenor; y Homero Pérez, bajo-barítono.
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