Si bien pueden parecer plantas o rocas, los corales son animales inmóviles (sésiles), que cuando se encuentran en altas densidades, conforman estructuras conocidas como Bosques Marinos de Animales (BMA) y aunque su distribución alcanza sólo el 0,1% del fondo marino de la Tierra, su alto valor ecológico los ha llevado a ser catalogados como uno de los ecosistemas con mayor biodiversidad en el planeta, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
El estudio “The southernmost Errina Antarctica hydrocoral savannah in Patagonian waters” publicado recientemente en Scientific Reports, medio científico online, perteneciente a la connotada revista Nature, revela el hallazgo de BMA de hidrocoral rojo más austral y a menor profundidad, es decir somero, que han sido descritos hasta la fecha a nivel mundial.
La investigación desarrollada por Rewilding Chile en conjunto con el Instituto Español de Oceanografía, documentó colonias de Errina Antarctica dentro de la Reserva Nacional Kawésqar, con tamaños que van desde 0.14 hasta 15.8 cm, que cubren hasta un 28.5% del sustrato a profundidades que van desde 1.23 hasta al menos 33 metros.
Para Ingrid Espinoza, directora de Conservación de Rewilding Chile y coautora de la investigación, este hallazgo viene a dar luz sobre los ecosistemas marinos en la región patagónica que aún permanecen casi inexplorados.
“El objetivo de estas expediciones, que se enmarcan dentro del programa marino de la fundación, es desarrollar estudios científicos que conduzcan a un mejor entendimiento de los ecosistemas marinos magallánicos.
De esta forma, seremos capaces de implementar medidas concretas de protección que permitan asegurar la conservación futura de la enorme riqueza que posee Chile bajo sus aguas”, enfatiza.
La presencia de hidrocoral rojo, es un indicador de un ecosistema sano y funcional pues son muy sensibles a los impactos ambientales y a pesar de ser claves para el desarrollo del fondo marino, esta especie no tiene ninguna protección, aunque se encuentre en estado vulnerable de conservación según el Reglamento para la Clasificación de Especies Silvestres de Chile.
Esto, debido a diversas amenazas, principalmente por causas humanas como la salmonicultura, el cambio climático y la contaminación.
“La complejidad estructural que generan los BMA en el fondo marino es utilizada por numerosas especies para asentarse y vivir, esconderse, alimentarse o reproducirse, por lo que son también verdaderos hotspots, o puntos calientes, de biodiversidad”, explica Ana De la Torriente, coautora del estudio e investigadora del Instituto Español de Oceanografía.
La zona en la que se han documentado estos “bosques marinos animales” se encuentra en la Reserva Nacional Kawésqar, en donde se ha planteado la posibilidad de establecer centros de salmonicultura.
“Los resultados de este estudio, son una clara demostración de que la zona alberga ecosistemas singulares y únicos y, por lo tanto, es necesario implementar planes de gestión y figuras de protección estrictas que aseguren su supervivencia a largo plazo”, concluye la directora de Conservación de Rewilding Chile.
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