Así como las raíces de un bosque, dice
Cifras, las políticas de la muerte nos relacionan invisiblemente con la vida.
Mediante la contemplación, la reflexión y la escucha, conversar con lo
invisible es una fuerza que se abre al misterio, un diálogo que no se ve, pero
se siente. Un suelo entre lo brutal y lo sutil, una voz que recuerda volver a
pasar por el corazón.
El montaje de dos obras anteriores (“Peso
muerto” de 2019 y Proyecto “Fusis” de 2022), piezas donde Cifras profundiza en
la necropolítica (uso del poder para dictar cómo algunas personas pueden vivir
y cómo algunas deben morir). En ellas ha ido planteando diferentes expresiones
de las mismas inquietudes y también de prácticas que ha desarrollado en la
naturaleza, como enterrarse, hacer caminatas de larga duración y ejercicios de
contemplación.
“En un comienzo la pregunta era
específicamente cómo la necropolítica no mata al ser, a la persona, pero sí los
deja fallecer con políticas de muerte. Pero, ¿cómo afecta esto a todo lo que
está vivo? Y ahí entran los ríos, los animales, los vegetales, etc. En esta
obra nos preguntamos cómo el sistema económico ha extirpado de alguna manera el
animus de lo vivo, que sería invisible, lo que no vemos”, comenta su
creadora, Carolina Cifras.
La obra es una coproducción GAM y
busca acercarse a los vínculos que tienen los seres humanos con la tierra,
con la luz, con el entorno, con lo vivo y también con la muerte. A través
de los cuerpos y de la percepción de sus intérpretes, el montaje explorará esos
vínculos establecidos por distintas políticas que han obligado a las personas a
cuidar el entorno cierta manera. Así se accede en escena a esos lugares
invisibles y misteriosos.
Hace casi diez años Cifras se fue a vivir
al campo en Región de Valparaíso, lo que removió sus referentes en virtud de
sus últimos montajes, dándole un vuelco a esta relación con la naturaleza,
según comenta: “Tuve grandes conversaciones con la gente del territorio y ha
sido hermoso desplazar todos los referentes al territorio, ya que son personas
que viven la tierra, más que pensar la tierra”.
A partir de las materialidades que la
artista ha ido descubriendo en su jardín, el montaje propone mostrar distintos
elementos de la naturaleza en escena, como las raíces y la tierra de hojas.
También utiliza el cobre como un conductor, un vínculo de conexión con la
tierra, y que al mismo representa el extractivismo en Chile. “El montaje no son
solo movimientos, sino que es una destilación donde se mezcla todo; llega un
sonido, un material, una textura o un gesto”, agrega Cifras.
Por su parte, Betania González, bailarina y colaboradora del proyecto, destaca la posibilidad de trabajar en este nuevo proyecto de la coreógrafa: “Para mí trabajar con Carolina Cifras es un honor muy grande.
Yo la he visto en escena desde que soy muy joven, es una bailarina importante en la historia de la danza en Chile, que ha desarrollado una extensa carrera, con distintos estilos, distintas tendencias y con un repertorio interpretativo muy amplio.Y ese bagaje le permite hoy tomar todos
esos saberes en torno a la danza y encontrar otras maneras de transmitir, de
compartir saberes, sensibilidades, movimientos, cuerpo, ritmo”.
Las funciones serán del 28 junio al 7 de julio de jueves a sábado 20.30 horas y domingo a las 18.30 horas- Entradas desde $4.000 en gam.cl
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