‘Espejos del mar; crisis, paisaje y
territorio’ se denomina la exposición que, a través de un trabajo que combina
la fotografía análoga y su posterior revelado incorporando agua de relaves
industriales, el artista Patricio Saavedra logra integrar componentes nuevos a
la imagen capturada.
Incorporando
dos realidades dentro de un mismo paisaje realiza una metáfora de la crisis que
viven las zonas costeras del país.
Hace dos
años, el artista inició su investigación fotográfica sobre territorio. Siempre
le llamaron la atención los problemas medioambientales y, a medida que
recopilaba información, se daba cuenta que había mucha información que la gente
no conocía.
Tras varias
visitas a los lugares mencionados, el efecto antropoceno, que hace referencia a
las repercusiones que genera la acción humana sobre el medioambiente, se hizo
notar de manera evidente.
“Quiero mostrar cómo en ese paisaje que uno
está mirando frente al mar, invisiblemente hay muchos componentes que no están
para el ojo humano. Yo trato de evidenciarlos, entonces con la foto aparece esa
alteración”, aclara Saavedra sobre el proceso previo a la creación de su obra.
“Se sabe que
existen sectores sumamente contaminados, pero no con mayor detalle. Busqué
cuáles eran las zonas más afectadas y así partí a la Bahía de Quintero, luego
fui a Chañaral y trabajé en la desembocadura del Río Maipo, en LLolleo”, señala Saavedra
Y, más allá
de la contaminación propiciada por los peatones y habitantes del sector,
quienes más influyen en su desarrollo son las industrias.
Para
Patricio, su manifestación fue más explícita. “A medida que iba investigando
todo este tema, me di cuenta de que hay varias empresas que poseen una política
súper irregular con sus desechos y con sus políticas medioambientales”.
Eso lo llevó
a Chañaral, ciudad que ha tenido históricamente problemas con relaves
industriales. En 1938, una vez colmados los embalses terrestres pertenecientes
a la ex mina de Potrerillos, sus desechos fueron arrojados al mar utilizando
para ello, al río Salado que atraviesa por Llanta, Diego de Almagro y El Salado
antes de desembocar en la Bahía de Chañaral.
“Han
depositado tanta cantidad de relave sobre el borde costero que el mar incluso
se ha recogido. En la Bahía de Quintero (zona centro) también existe una
problemática medioambiental, en el sector de La Greda y en Ventanas, en donde
las emisiones de CO2 están muy pasadas por las normas que regulan esos
desechos”, añade el fotógrafo.
Sonia Yañez,
bióloga marina que actualmente cursa un Doctorado en Oceanografía en la
Universidad de Concepción, se encargó de detallar el efecto antropoceno en la
muestra, reconociendo sus consecuencias.
“La arena de
Chañaral es verdosa-amarilla porque está llena de mercurio, arsénico y otros
metales pesados que con el viento se levantan y la gente los respira. Esto
tiene graves repercusiones en la salud de las personas, pudiendo desarrollar
enfermedades como el cáncer. La gente no debería vivir ahí o tendría que andar
con máscaras. Falta una responsabilidad con el tema”.
“Utilizo
ciertos elementos químicos, propios de cada sector, y en esos elementos sumerjo
los negativos de las fotos o los incubo. La alteración que produce eso es un
grado de abstracción sobre la imagen. Por eso, las fotos tienen varias figuras
y manchas que no son simétricas, son al azar”.
‘Espejos del
mar; crisis, paisaje y territorio’ se presenta de martes a domingo hasta el 19
de agosto en el Centro Cultural Estación Mapocho. La entrada es liberada.
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