Treinta y ocho años después de la muerte del
Premio Nobel, en 2011, fue acogida la querella por supuesto magnicidio sin que
ningún biógrafo o periodista tomara nota de las imprecisiones del texto basado
en la declaración del «único testigo presencial».Entonces, la noticia de que Pablo Neruda había sido asesinado comenzó a ganar espacios en los medios de información.
En, El guardaespaldas de Fidel: crónica de un asesinato imaginario, Bernardo Reyes, escritor y sobrino nieto del poeta, refuta esta tesis y asegura que es producto de la imaginación y el deseo de reconocimiento de quien fuese entonces su chofer, Manuel Araya Osorio.
Estas memorias, basadas en documentación, investigaciones y apuntes personales, sostienen que Neruda murió a causa de su avanzado cáncer de próstata. También que el apoyo del Partido Comunista a la querella surge debido al afán de recuperar un protagonismo perdido.
Para el autor, este es un caso más sociológico que criminal, que pasará a formar parte del falso acerbo de la mitología nacional y mundial y que develará el decadente monumento a héroes de papel, protagonistas directos o indirectos de un bulo sin sentido.
Bernardo Reyes es poeta y escritor, ha publicado los libros de poesía Karmazul,
Carta para un hijo imaginario, Grito del Solo; los ensayos Retrato de Familia (Neruda 1904-1920), Álbum de Temuco, El enigma de Malva Marina, la hija de Pablo Neruda y la novela El diario de Cristina.
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