“Estoy muy
contento de poder participar en este importante ciclo de piano con un
repertorio que me ha gustado mucho estudiar y profundizar”, comenta el solista
Pablo Morales respecto de lo que será su debut en el VIII Ciclo de piano
organizado por el Centro de Extensión Artística y Cultural de la Universidad de
Chile, el que regresa el miércoles 28 de mayo a las 19:30 horas al escenario
del Teatro Universidad de Chile.
Con estudios de piano desde los ocho años de edad, se
formó inicialmente con los maestros Mercedes Veglia en piano, Elvira Savi en
música de cámara y Carlos Botto en armonía y análisis. Egresado de la Facultad
de Artes de la Universidad de Chile y titulado con distinción máxima, obtuvo la
beca Amigos del Municipal y beca de la Fundación Andes. Actualmente es pianista
correpetidor en la Universidad de Chile, Universidad Católica, Escuela Moderna
de Música y pianista de apoyo del Municipal de Santiago.
En cuanto al repertorio que interpretará, Morales
señala que “el concierto lo describiría como un gran recorrido por la época
romántica, con un gran sentido de la vida y la muerte”. Añade que “mi cercanía
con Schubert viene desde muy niño, escuchando las sinfonías y tocando sonatas
de violín, tríos, etc.”.
Así, tal recorrido comenzará con la Sonata en La
menor D.845, escrita en 1825 y publicada al año siguiente como Opus 42, con una
dedicatoria al Archiduque Rodolfo, alumno y mecenas de Beethoven.
La obra se caracteriza por romper con la concepción clásica
de una sonata, incorporando entre otras cosas un reflexivo Moderato como primer
movimiento, mientras que el segundo es una serie de cinco variaciones sobre una
sencilla melodía. “Es la primera vez que toco la sonata y ha sido un momento
muy gratificante estudiarla”, señala el solista.
Continuará con Impromptu en la bemol mayor op. 142 n.°
2. Los Impromptus, Op. 142, escritos en 1827, son la segunda de dos colecciones
que compuso Schubert en este género que hace referencia a una pieza breve
surgida por improvisación, lo que entonces era una práctica común entre los
tecladistas. En el caso del Impromptu n.° 2, se trata de una danza nostálgica y
meditativa.
El cierre del concierto será con las Tres piezas D. 946, compuestas por Schubert en su último año de vida y de las que no se sabe a ciencia cierta si las concibió como un grupo unitario, siendo Johannes Brahms quien les otorgó el título neutro al editarlas para su publicación cuatro décadas después de la muerte de su creador.
Las obras transitan por el
dramatismo de la primera pieza; una segunda marcada por la alternancia de un apacible
ritmo con otro obsesivo y amenazante, y luego un gran lirismo y melancolía;
mientras que la tercera pieza pasa por el júbilo y un episodio central con una
métrica contrastante y textura semejante a un coral.
Tras el Ciclo de piano, el Teatro Universidad de Chile
recibirá el último concierto de la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile en este
espacio, previo a la inauguración de lo que será su nuevo escenario, la Gran
Sala Sinfónica Nacional, ubicada en el complejo VM20.
El concierto de despedida contará con la batuta del director invitado Paolo Bortolameolli, en un programa denominado “Tránsitos sonoros”, con el primero de los tres Sonetos de la muerte de Alfonso Letelier -y la participación de la soprano Pilar Garrido-, además de la gran Sinfonía n.°10 de Dmitri Shostakovich.
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