Ad portas del Día de los
Patrimonios, que se celebra este 24 y 25 de mayo, el país se ha conmovido con
la profanación de varias tumbas del Cementerio General por parte de un
santiaguino y un grupo de personas aún no identificadas, quienes más encima
hicieron ostentación de sus actos a través de redes sociales.
Junto con mostrar un absoluto
desprecio por la dignidad humana, este triste episodio nos habla de una total
falta de conciencia sobre el valor del patrimonio, un problema que está más
generalizado de lo que nos gustaría reconocer.
Así lo revela el estado del
mayor camposanto de Chile. Este verdadero museo al aire libre, “donde descansa
la historia y memoria del país”, como señala su sitio web, hoy en día luce
deteriorado y vandalizado.
Así, lucen también muchos
espacios públicos del país, donde la mugre urbana genera una sensación de
descuido y abandono. Las aceras manchadas, los contenedores desbordados y los
rayados sin control transmiten una imagen de indiferencia, desincentivando el
conocer nuestra memoria, ¿Quién quiere pasear por un lugar donde la basura es
parte del paisaje?
El Día de los Patrimonios -que
incluye una actividad en la necrópolis de Recoleta- busca justamente enfrentar
este flagelo, siendo su objetivo “promover la conexión de la ciudadanía con el
patrimonio nacional, fomentando su apreciación, conocimiento y responsabilidad
en su conservación”.
En 2025 se mantiene la
tendencia de concentración de las iniciativas en el centro del territorio
nacional, así como las debilidades en el enfoque de género, ya que solo el 25%
de las actividades las tiene consideradas.
En tanto, en el ámbito de
accesibilidad para personas con discapacidad, sólo el 33% contempla esta
variable.
Y más preocupante aún: donde
todavía queda un largo camino por recorrer es en la presencia de iniciativas
con participación del patrimonio inmaterial, que alcanzan un 9%. Esta tierra es
un espacio de poetas, poetisas, folcloristas y cultores en diferentes
expresiones artísticas.
Es importante destacar el empoderamiento que
han tenido las organizaciones sociales y los municipios en la creación, cada
año, de más iniciativas locales.
Para enfrentar esta
realidad, el Estado debe redoblar sus esfuerzos en pos de asegurar un acceso
más equitativo al Día de los Patrimonios. También pueden contribuir los
ciudadanos, saliendo del circuito tradicional y privilegiando actividades
relacionadas con el patrimonio local, con el fin de conocer las prácticas,
tradiciones, costumbres y paisajes culturales que constituyen la identidad de
los barrios populares.
Una brújula que ojalá sirva para conducir a los habitantes de nuestro país hacia un mayor respeto por nuestro pasado y, sobre todo, por la dignidad de cada uno de los chilenos y chilenas, tanto los vivos como los muertos.
José Albuccó, académico Universidad Católica Silva Henríquez.
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