miércoles, 21 de mayo de 2025

El patrimonio como brújula de nuestro futuro.

A lo largo de sus 26 años de trayectoria, esta conmemoración ha hecho indudables aportes en esta dirección, y se ha convertido en una fiesta patrimonial masiva, que cada año congrega a más de 2 millones de personas. Sin embargo, presenta algunas falencias que es necesario abordar para aumentar su alcance. 

 Ad portas del Día de los Patrimonios, que se celebra este 24 y 25 de mayo, el país se ha conmovido con la profanación de varias tumbas del Cementerio General por parte de un santiaguino y un grupo de personas aún no identificadas, quienes más encima hicieron ostentación de sus actos a través de redes sociales. 

Junto con mostrar un absoluto desprecio por la dignidad humana, este triste episodio nos habla de una total falta de conciencia sobre el valor del patrimonio, un problema que está más generalizado de lo que nos gustaría reconocer.

Así lo revela el estado del mayor camposanto de Chile. Este verdadero museo al aire libre, “donde descansa la historia y memoria del país”, como señala su sitio web, hoy en día luce deteriorado y vandalizado. 

Así, lucen también muchos espacios públicos del país, donde la mugre urbana genera una sensación de descuido y abandono. Las aceras manchadas, los contenedores desbordados y los rayados sin control transmiten una imagen de indiferencia, desincentivando el conocer nuestra memoria, ¿Quién quiere pasear por un lugar donde la basura es parte del paisaje? 

El Día de los Patrimonios -que incluye una actividad en la necrópolis de Recoleta- busca justamente enfrentar este flagelo, siendo su objetivo “promover la conexión de la ciudadanía con el patrimonio nacional, fomentando su apreciación, conocimiento y responsabilidad en su conservación”.

En 2025 se mantiene la tendencia de concentración de las iniciativas en el centro del territorio nacional, así como las debilidades en el enfoque de género, ya que solo el 25% de las actividades las tiene consideradas.

En tanto, en el ámbito de accesibilidad para personas con discapacidad, sólo el 33% contempla esta variable.

Y más preocupante aún: donde todavía queda un largo camino por recorrer es en la presencia de iniciativas con participación del patrimonio inmaterial, que alcanzan un 9%. Esta tierra es un espacio de poetas, poetisas, folcloristas y cultores en diferentes expresiones artísticas.

 Es importante destacar el empoderamiento que han tenido las organizaciones sociales y los municipios en la creación, cada año, de más iniciativas locales.

 Para enfrentar esta realidad, el Estado debe redoblar sus esfuerzos en pos de asegurar un acceso más equitativo al Día de los Patrimonios. También pueden contribuir los ciudadanos, saliendo del circuito tradicional y privilegiando actividades relacionadas con el patrimonio local, con el fin de conocer las prácticas, tradiciones, costumbres y paisajes culturales que constituyen la identidad de los barrios populares. 

De este modo, estaremos haciendo justicia con el significado profundo de lo que es el patrimonio cultural, que -como nos recuerda Sergio González, Premio Nacional de Historia 2014- no está constituido solamente por “los grandes edificios, los vestigios arqueológicos o los archivos históricos, sino que también por nuestra memoria, que siempre será el ancla de nuestra identidad y la brújula de nuestro futuro”.

Una brújula que ojalá sirva para conducir a los habitantes de nuestro país hacia un mayor respeto por nuestro pasado y, sobre todo, por la dignidad de cada uno de los chilenos y chilenas, tanto los vivos como los muertos.

José Albuccó, académico Universidad Católica Silva Henríquez.

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