La historia, a modo de monólogo interno y con un tono de confesión, se centra en un joven que trata de enfrentarse y reconciliarse con los recuerdos de su infancia y vida familiar mientras se interna en un pequeño pueblo lleno de personajes excéntricos con el propósito de perderse en él y quizás empezar una nueva vida.
Este nuevo libro se conecta y mantiene el diálogo con varias de las temáticas de las obras anteriores de Yacoman, “Espejos de una ausencia” (2019) y “El vestigio del silencio (2018), destacándose por un profundo y complejo viaje de introspección al igual que en sus películas "La comodidad en la distancia" y "Fragmentos de Lucía".
A diferencia de sus trabajos anteriores, en los que prepondera una fuerte falta de identidad y desarraigo, en esta novela Yacoman se apropia de lugares y ciudades las cuales retratan un mapa entre Ciudad de México y Santiago de Chile, lleno de secretos y acontecimientos en el núcleo familiar que van marcando la psiquis del narrador y haciendo al lector partícipe de estos procesos complejos, con dudas, contradicciones y reflexiones en torno a ciertas imposiciones sociales tradicionales que sabotean el desarrollo personal, la sexualidad y el plano más espiritual.
Para el autor este libro "Aunque tiene muchos elementos reales, no es autobiográfico. Es en parte el cierre de una etapa, de un ciclo de vida, de mi infancia y juventud. Es el momento en el que ciertos sucesos —patrones, conductas— de años anteriores se van repitiendo, conceptos e ideales que se vuelven vacíos, y uno tiene que decidir si se queda en ese círculo o se enfrenta y sana sus traumas".
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