Varias generaciones de chilenos, crecieron
aprendiendo el cliché de que como Chile está al fin del mundo, aquí no pasa nada,
que a nadie le interesa lo que suceda en esta especie de isla que se encuentra
entre el mar y la cordillera.
Lo anterior, es tener una mirada muy
superficial a lo que es Chile porque si se mira con más detención su historia,
se podrá a preciar una ubicación geoestratégica que no pasa desapercibida para
el resto del mundo. En primer lugar, están sus riquezas mineras, el control de
paso entre dos océanos, su biodiversidad, su actual posición en la astronomía
mundial, su estructura geológica y muchas otras características que hacen de
Chile un actor relevante a nivel mundial.
Es por ello, estimado lector ¿sabía usted
que, durante la Segunda Guerra Mundial, un triple agente secreto chileno, avisó
de manera anticipada al gobierno de los Estados Unidos del ataque japonés en
contra de Pearl Harbor? ¿Sabía usted que, entre sus planes de invasión del
Pacífico, Japón tenía pensado bombardear en Chile los puertos de Antofagasta,
Tocopilla, Talcahuano y Valparaíso intentando atacar las minas de cobre que
estaban en territorio chileno?
Así lo plantea el periodista y escritor
Carlos Basso quien, en su libro “La conexión chilena. Historias de espías”,
revela misterios de las operaciones de las redes del espionaje mundial en
Chile.
En el libro, publicado por el sello
Aguilar, contiene nueve relatos en cuyas páginas aparecen desde personajes muy
conocidos en nuestra historia como otros más desconocidos pero que fueron
piezas claves en la evolución de la historia chilena.
Aunque cada historia es independiente
entre si tienen tres hilos conductores. El primero, todas tratan de acciones de
espionajes, inteligencia o hechos vinculados al terrorismo. Y, en segundo
lugar, es que a pesar de que en Chile sucedieron o se gestaron los hechos, cada
uno de ellos y sus protagonistas, tuvieron una enorme repercusión
internacional. El último, es la exhaustiva investigación de los hechos
relatados basada en la abundante documentación obtenida en Chile, Estados
Unidos y Alemania.
Carlos Basso aseguró en una entrevista que
“gracias a esos documentos y a una serie de entrevistas y otros antecedentes,
pude reconstruir una serie de historias que parecen sacadas de una novela, pero
que son totalmente reales y que muestran que Chile no es un país irrelevante,
perdido en el último rincón del mundo, sino un lugar lleno de intrigas y muy
importante en el escenario mundial”.
Una de las historias nos cuenta la misión
que se le pidió a Arturo Prat realizar en Argentina que consistía en informar
al Gobierno chileno de la capacidad armamentística trasandina, realizando su
misión un año antes de la guerra del Pacífico.
También aparece la historia del jefe del
espionaje militar en la Alemania nazi, el almirante Wilhelm Canaris que, luego
de sobrevivir al naufragio del Desdén, huyó hacia Alemania con el apoyo de los
alemanes que habitaban desde Concepción al Sur y supo permearlos, obteniendo su
ayuda para establecer desde 1932, las operaciones de los espías del Abwehr, con
todas sus estructuras, en Chile y en Argentina.
El relato que más llama la atención es
aquel donde se describen los planes que tenía Japón para invadir Chile. Hay que
recordar que, en esos años, las principales minas de cobre estaban en manos
norteamericanas y, por lo tanto, eran objetivos de guerra.
Según lo que describe el libro, luego del
bombardeo de Pearl Harbor la flota militar nipona avanzaría hacia nuestras
costas instalando en Isla de Pascua la base estratégica. De allí, saldrían los
efectivos militares para bombardear los puertos de Tocopilla, Antofagasta,
Valparaíso y Talcahuano para luego, desembarcar en Antofagasta para ir por
tierra, hasta Chuquicamata.
En estas páginas se describe el rol que
tuvo Liliana Walker, la escort de lujo de la DINA, que fue mandada para seducir
a Orlando Letelier para luego extorsionarlo y como no lo logró, otros pusieron
la bomba. Otro relato, trata de las relaciones que el MIR chileno tuvo con las
FARC colombianas, incluyendo un plan para secuestrar a una sobrina de Pinochet
en Bogotá, entre otras apasionantes historias.
“La conexión chilena, es un libro que se
lee con interés desde la primera línea que nos demuestra que Chile no está tan
alejado del acontecer internacional y que, en muchas ocasiones, la historia
chilena ha servido como base a películas. Este libro, nos demuestra que todavía
hay mucha, pero mucha historia que contar.