Dr. Sepúlveda en Isla Carlos III y Seno Ballena |
El
proyecto busca analizar cómo los microorganismos asociados a la piel de
ballenas jorobadas, pingüinos, lobos marinos, algas y otras especies, responden
a los efectos del cambio climático y al aumento de la radiación ultravioleta.
La
iniciativa, financiada por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo, combinas
técnicas para relacionar las condiciones del medio ambiente con los cambios
observados en la microbiota o bacterias de estas especies en estudio.
Zona de estudio en Magallanes |
El
microbiota es la totalidad de los microbios que habitan dentro y fuera del
organismo, el cual se compone de bacterias, virus y hongos.
En tanto, el
microbioma es el conjunto de genes que tiene un microbio, por lo que los
existentes en la piel juegan un papel fundamental en la respuesta de las
especies ante los cambios de temperatura, oxigenación, salinidad, pH y
radiación ultravioleta en un ecosistema en estudio.
Los
aportes del proyecto son varios desde el punto de vista científico, al integrar
simultáneamente varias especies dentro de un ecosistema, que no ha sido
realizado hasta la fecha en ningún lugar del mundo.
Glaciar en Seno Ballena |
Entre las
diversas aristas del proyecto está el aporte del doctor en oceanografía Andrés
Sepúlveda Allende, académico del Departamento de Geofísica de la Universidad de
Concepción y experto en modelación oceanográfica. Sepúlveda realiza el análisis
de datos obtenidos de estaciones meteorológicas y sensores oceanográficos
instalados en la zona estudiada.
Estas
herramientas permiten monitorear variables como temperatura, salinidad y
contenido de nutrientes en las aguas del Estrecho de Magallanes, información
que resulta esencial para interpretar los efectos del cambio climático en los
ecosistemas marinos.
Equipo de investigadores trabaja con instrumentos de observación |
La
colaboración con instituciones internacionales y la integración de estudiantes
de pregrado y postgrado subrayan la importancia de este esfuerzo colectivo para
abordar problemas globales desde un laboratorio viviente en el extremo sur del
planeta.
Con una
duración prevista de cinco años, este estudio no sólo contribuirá al
conocimiento científico sobre el microbioma marino, sino que también
fortalecerá las capacidades locales de investigación.
Fundación CEQUA, con casi dos décadas de experiencia, ya cuenta con un robusto conocimiento sobre las dinámicas poblacionales de ballenas, centollas y otros organismos.
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