A través de coloridas
ilustraciones protagonizadas por tiernos seres ilustrados, las páginas de “El
viaje” (Pezarbóreo Ediciones) pretenden llegar hasta la imaginación de niñas y
niños como un claro aliciente para el futuro. Lanzado el pasado domingo en el
Salón Internacional de la Historieta, el libro álbum del artista plástico
Claudio Salas busca entregar mensajes de optimismo y esperanza para quienes
empiezan sus aventuras biográficas.
“Es un ejercicio de
ilustraciones surrealistas que exploran sentimientos que todos experimentamos
en nuestras vidas”, plantea de entrada Salas, quien a pesar de registrar más de
15 años diseñando ilustraciones, tiene con “El viaje” su primer proyecto físico
del rubro.
El autor, proveniente de
Codegua (Región de O´Higgins) y cuya carrera artística presenta una importante
trayectoria en la pintura y el diseño gráfico, explica que para este trabajo
comenzó creando las ilustraciones para posteriormente ordenarlas y desarrollar
con ellas textos que las unieran.
“Partí realizando
ilustraciones simplemente con un sentido poético e infantil, usando acuarela y
tinta. Solo después de tener un cuerpo bastante grande, de 50 a 60
ilustraciones, entendí que las imágenes en su conjunto presentaban un relato
coherente debido al carácter alegórico de las mismas”, agrega el autor, que
muestra gran parte de su trabajo en su perfil de Instagram (@claudiosalas_art).
Para Salas las ilustraciones
que diseñó “podían dialogar entre ellas” y “cobraron vida propia, en el sentido
de la historia que sugerían”. Fue en ese punto cuando el artista decidió
acompañarlas con breves textos en claves reflexivas. “Quise dar mensajes
optimistas, aunque nunca ingenuos. También se sugieren ciertas críticas. Se
habla tácitamente de justicia, de poder, de vanidad, de relaciones humanas,
siempre bajo aspectos luminosos”, sigue.
Sebastián Castillo, director
de Pezarbóreo Ediciones (@pezarboreoediciones), considera que la obra “invita
al público lector infantil a poder indagar e identificar sus emociones, pero de
una forma no tan directa, sino que de manera más sutil”. “Siento que este
trabajo, como pocos, deja abierto ese espacio para que pequeños lectores puedan
descubrir y reconocer por sí mismos, usando los textos e ilustraciones
presentes en el libro, momentos de vida decisivos y profundos”, suma él.
Castillo continúa describiendo el libro álbum como uno “que invita a la reflexión, no es un trabajo que presente sus ideas de manera explícita, sino que percibe a los niños como personas capacitadas para mirar distintas perspectivas, partiendo por las suyas propias”.
“Esta obra no es adultocéntrica, sino que se acerca a la altura de los niños en términos metafóricos, entendiendo que ellos son capaces también de poder pensar y reflexionar sobre las emociones”, propone.“Para mí, el proyecto también significó un viaje propio”, revela Salas, para asegurar que gran parte de lo ilustrado “conectó conmigo de forma vivencial, con mensajes que aunque estuvieran enfocados en niños, retumbaban en mis versiones del pasado”. “
Al final, es una colección de momentos de vida que uno identifica, que vivió o quiso enfrentar mejor”, finaliza el creador, quien a pesar de diseñar el proyecto para el público infantil considera que el libro trasciende edades.
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