Casi cinco siglos más tarde, conservan su velo de misterio y han sido comparados incluso con el repertorio atonal y vanguardista del siglo XX.
Carmina Chromatico, la breve pieza que prologa el ciclo, es una perfecta
síntesis de esa música recóndita y servirá también como introducción al segundo
concierto de la temporada del Coro Sinfónico Usach: Corpus Mysticum,
radiografía a la transfiguración de Cristo, que se podrá escuchar este miércoles
12 de junio (19:30 horas) en el Teatro Aula Magna Usach. Las entradas
son gratuitas y se pueden descargar en Portaltickets.
El concierto será conducido por Esmeralda Opazo, quien desde 2019 ha
sido integrante, jefa de cuerda y preparadora vocal del Coro Sinfónico
Usach, y de este modo debutará como directora invitada del elenco. Al día
siguiente presentará el mismo programa en el Campus Oriente de la Universidad
Católica, para titularse como directora coral en esa institución.
“Mi idea es observar la figura de Cristo en sus distintos aspectos. El Cristo
crucificado, el Cordero de Dios que se sacrifica, el Padre Nuestro, pero también
otra parte carnal y humana de Cristo, que aparece en obras que musicalizan
textos del Cantar de los Cantares”, anticipa.
En el programa, ese Cristo aparece a
través de una decena de obras, que abarcan desde el Renacimiento hasta el siglo
XXI. Luego de Carmina Chromatico, el Coro Sinfónico Usach abordará
a otros autores renacentistas o barrocos, como los italianos Antonio Lotti (1667-1740)
y Giovanni Pierluigi da Palestrina (1525-1594), y el
germano-danés Dietrich Buxtehude (1637-1707), del que se interpretará
parte del ciclo de canta Membra Jesu Nostri. Para eso, contará con la
colaboración de un ensamble barroco de violines, violas da gamba y clavecín.
En la segunda parte, interpretará títulos emblemáticos de Anton Bruckner (1824-1896)
y Samuel Barber (1910-1981) y dará un salto hacia lo contemporáneo,
con música del sueco Sven-David Sandström (1942-2019), el polaco Marek
Raczyński (1982) y el letón Pēteris Vasks (1946).
“Este concierto estaba pensado para presentarse en 2020, pero tuve que
postergarlo por la pandemia”, explica Esmeralda Opazo. En ese
momento, la directora había concebido un vínculo entre el repertorio religioso
y el impacto que había provocado el estallido social de 2019.
Coro Sinfónico Usach en Teatro Aula Magna. (c) Gary Go |
“Mi idea era tomar la idea del mártir, en un momento en que hubo muchos mártires, y hacer una reflexión política a través de ella. Entonces pensé en esa figura de Cristo, que es el mártir por excelencia”, relata.
“Ahora no es tan atingente
como en 2020, pero de todos modos la música sacra tiene esa cosa atemporal”.
El repertorio religioso, de hecho, es uno de los favoritos de la cantante y
directora.
“Yo soy atea, pero me encanta. Creo que la devoción religiosa despierta una creatividad increíble en la gente. Johann Sebastian Bach, por ejemplo, era muy creyente y su fe incluso influye en sus creaciones instrumentales. No necesito una conciliación entre ser atea y el gusto por la música sacra. Es una contradicción que habito”.
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