Las indagaciones en torno al controversial
“caso Relojes” comenzaron en 2017 cuando una pasajera fue sorprendida en el
aeropuerto internacional de Santiago con un sospechoso cargamento de joyas y
relojes de lujo, cuya procedencia no pudo justificar. Las declaraciones de la
mujer durante el interrogatorio fueron el punto de arranque de una
investigación de años, que llevaría a la PDI a descubrir una intrincada red
dedicada al robo y venta de millonarios artículos de oro.
Siguiendo las pistas contenidas en la
carpeta investigativa del Ministerio Público, los periodistas Laura
Landaeta y Diego Ortiz se lanzaron a reportear las distintas aristas de
este entramado delictual, que involucra a reconocidos rostros de la
farándula y el espectáculo.
El
resultado de su investigación es lo que exponen en Caso Relojes, publicación que llega a librerías el
próximo 1 de agosto.
A partir de inéditos testimonios y la
exposición de fragmentos de las escuchas telefónicas realizadas por la PDI, los
autores evidencian los vínculos que existen entre bandas de lanzas
internacionales, joyerías ubicadas en Santiago, agencias de viajes, reducidores
y compradores de valiosas especies de oro obtenidas de manera ilícita.
“Son 35 (países) los que tienen
antecedentes de chilenos robando, la mayoría de ellos en el hemisferio norte,
en continentes diversos: América, Europa, Asia. Estas organizaciones se
reúnen y organizan con la venta de oro y joyas a nivel continental, la cual se
dirige y funciona en Chile”, asegura Landaeta. “Este caso tiene ribetes
cinematográficos y una amplia red de contactos operando en él”, dice la
periodista.
“Laura entrevistó a Christopher, un lanza
internacional chileno que fue enviado a delinquir a Francia siendo un niño, un
adolescente nacido en la pobreza”, cuenta Ortiz. “Sus ganancias, si bien eran
altas, se reducían a una fracción: tenía que pagarle a quienes le financiaron
el viaje, a quienes le conseguían los alojamientos, a quienes lo movilizaban
para robar en distintos puntos, al que le abrió las puertas al mundo del robo
internacional”, detalla el coautor y agrega:
“Hay múltiples personas cometiendo
delitos, pero quienes realizan las acciones más riesgosas y demandantes
son siempre los más pobres (...) En el tope de la pirámide está gente
como Marco Antonio López, quien sin exponerse mucho y sólo por contar con
capital y contactos en la élite, es quien más se ve beneficiado económicamente
de trabajos como los que hace Christopher".
“Hay que hacerse el huevón”
En 174 páginas, Landaeta y Ortiz
explican detalladamente los roles y la participación de Estrella Dinamarca,
Jaime Quiroz, Domingo Jalil y Marco Antonio López (Parived), algunos de los
principales imputados en la causa.
Asimismo, los autores, ahondan en la
relación y el negocio minero entre la expareja de la animadora Tonka Tomicic y
el llamado Rey del Oro, Harold Vilches. “Las minas son solo la punta del
iceberg”, advierte Landaeta respecto de esto último.
“Llama la atención −así como la no
imputación de Tonka Tomicic− que no se haya ido tras los prestamistas que
financian los viajes de la red de lanzas, de los personajes que permiten la
salida de menores de edad sin autorizaciones correctas desde la frontera,
de quienes los reciben y dejan entrar en Europa, de las personas que salen con
documentación falsa por el aeropuerto y, por cierto, de esto (el negocio
minero)”, comenta la coautora del libro y añade: “Aducir que se debe a que la
investigación es sobre la internación de especies robadas y la reventa de ellas
es ser miope”.
En cuanto al nivel de conocimiento que
tenía, o no, la conductora de Canal 13 sobre las andanzas ilícitas de Parived,
Ortiz cuenta que, de acuerdo con los antecedentes recabados para el libro, “un
mínimo de 70 cheques en blanco de Tomicic fueron utilizados por Parived para
negocios relacionados a joyas de origen ilícito o potencialmente ilícito. Sobre
$550 millones que le entregó, supuestamente, a ciegas, sin enterarse de qué
estaban financiando”.
Sobre esto, el periodista menciona que
“Tonka se supone que no sabía nada, según declara, pero cuando su marido la
llamó por teléfono para explicarle que la justicia estaba tras sus pasos
decidió no preguntarle nada. Simplemente le dijo que había que ‘hacerse el
huevón’”.
Para el coautor del texto, “la sumatoria
de estos elementos, más otros relatados en nuestro libro, hacen muy
difícil creer que Tonka Tomicic no haya sabido o no haya tenido participación en
la red de receptación de joyas, al menos como financista consciente de lo que
financiaba”.
“Así como a Tonka, deben investigar a
varios más mencionados en los testimonios, incluyendo jueces de la Corte
Suprema, deportistas y empresarios", sugiere, en tanto, Landaeta.
Laura Landaeta. Estudió periodismo en
la Universidad Arcis de Santiago de Chile y durante años ha trabajado en el
ámbito de la investigación periodística, con aciertos tan significativos como
la investigación que llevó a la reapertura de uno de los casos de derechos humanos
más
emblemáticos de Chile: el asesinato del
dirigente sindical Tucapel Jiménez durante la dictadura de Augusto
Pinochet.
Su carrera ha transitado por la política y
el espectáculo en diversos medios de comunicación de su país, ha estado a cargo
de trabajos periodísticos documentales y de investigación en ambos ámbitos, así
como también de reconocidos programas de televisión chilena, como El
termómetro e Intrusos.
Fue corresponsal de la revista Noticias de
Argentina, además de documentalista de la BBC y corresponsal en México,
República Dominicana, Miami y Colombia.
Diego Ortiz. Periodista de la
Universidad de Chile. Escribe desde 2019 en Interferencia. En 2022 participó
del especial ‘El negocio de la represión’, elaborado y publicado por 10 medios
latinoamericanos bajo el auspicio del Centro Latinoamericano de Investigación
Periodística (Clip). El trabajo fue finalista en el premio internacional True
Story, de Suiza, y también en el Premio Gabo de la Fundación Gabriel García
Márquez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario