En este caso, la instancia se focalizó en analizar
iniciativas especialmente dirigidas a profesores en formación, para que puedan
tratar esta problemática que se ha incrementado en el país producto de la
pandemia y que ratifican los resultados del SIMCE, los niños no están
aprendiendo a leer.
Bajo esta premisa es que Carmen Sotomayor, Directora
del Centro de Investigación Avanzada en Educación de la Universidad de Chile,
junto a Rosita Puga, Directora de la Fundación Educa Araucanía, ambas, parte de
las instituciones fundadoras de Por un Chile que Lee, visitaron la Universidad
Católica del Norte en Antofagasta, en representación de la red y se reunieron con
los decanos de la Facultad de Humanidades y Educación para conformar alianzas
respecto al fomento de la lectura, calificándolo como un “tema país”.
“Venimos a conversar con los decanos para tratar de
tomar algunas iniciativas respecto de la lectura en Chile, sobre todo en niños de
menor edad. Estamos viendo con los resultados del SIMCE y por la experiencia
que tenemos, que no están aprendiendo a leer; sobre todo, los niños de
condiciones socioeconómicas más bajas, entonces tenemos esta red que se ha
creado para tratar de abordar este problema”, sostuvo Carmen Sotomayor.
“La pandemia vino a agravar algo que ha estado siempre,
un porcentaje muy alto de niños nos demuestran en las evaluaciones que no
tienen un nivel adecuado para la lectura y tenemos que revertirlo. Nuestro
objetivo principal es que no haya ningún niño y niña en Chile que no lea
adecuadamente, según su edad; por ello, hicimos este proyecto inédito que tiene
como enfoque hacer alianzas con todos los actores que pueden intervenir en el
proceso de la formación educativa”, explicó Rosita Puga.
La Asociación de Industriales de Antofagasta, AIA,
también es parte de la red Por un Chile que Lee, que ha tomado un rol
protagónico al conectar a las facultades de educación del país con los demás
actores del rubro, para aportar a una mejor formación de los profesores del futuro
y, así, hacer de la enseñanza un proceso ameno para los niños y niñas.
“Esta instancia es muy importante porque es la
posibilidad que tenemos de conectar a las facultades de educación con personas
que están en fundaciones, en terreno, de manera que hagamos una mejor formación
de profesores en este aspecto.
Tenemos una dificultad que es que nuestros profesores se forman, a veces, de manera teórica en el Lenguaje y les cuesta enseñar bien esta habilidad lingüística a los niños, que es fundamental para todas las demás asignaturas y aprendizajes”, concluyó Carmen Sotomayor.
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