Biblioteca Nacional recibe obras del diseñador Daniel Gleiser, uno de los fundadores de Village

(c) Jimmy Alexis Quintana
Quintana

 Desde ahora una amplia muestra del trabajo gráfico de Village será conservado por la Biblioteca Nacional gracias a una donación de Marcos Gleiser en homenaje a su hermano Daniel, fallecido en 2022.

Son más de 70 tarjetas de saludo desarrolladas durante los primeros años de la empresa que incluyen ilustraciones de los connotados dibujantes chilenos Luis Albornoz y Luis Salinas (Aetos).

“Todo partió por casualidad en 1972, cuando encontramos un local de modas en Providencia, al lado del Coppelia. Se llamaba Village y ahí nos instalamos para seguir vendiendo tarjetas de saludos”, recuerda Marcos Gleiser, fundador, junto a su hermano Daniel, de la reconocida marca.

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Al momento de crear Village, Daniel Gleiser ya tenía una destacada trayectoria en el ámbito del diseño. Había estudiado en la escuela de Artes Aplicadas de la Universidad de Chile, realizando en forma paralela tarjetas de navidad, afiches y material gráfico para las olimpíadas universitarias.

En 1968, ingresó a trabajar junto a los connotados diseñadores José Messina y Francisco Moreno, fundadores del primer taller de diseño del país y socios de los Gleiser durante los primeros años de Village.

Es por esta razón que, junto a las tarjetas de saludos, la donación incorpora 60 afiches creados por Daniel Gleiser desde fines de los años 60, muchos de los cuales fueron impresos en serigrafía en el reputado taller de Lupercio Paredes.

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“Son trabajos de enorme calidad y que representan un periodo clave del diseño y del cartelismo chileno”, explicó Claudio Aguilera, jefe del Archivo de Láminas y Estampas.

“Como Biblioteca Nacional estamos muy agradecidos de esta donación”, comentó por su parte Soledad Abarca, directora de la institución, “ya que nos permite conservar un patrimonio que forma parte de la memoria de varias generaciones de chilenos y chilenas, quienes crecimos, regalamos y coleccionamos los productos Village”.

“Para nosotros como familia es un honor que el trabajo de Daniel esté en la Biblioteca Nacional. Aquí será resguardado y difundido para que muchas más personas puedan disfrutar de la obra de tantos años de trabajo”, agregó Marcos Gleiser.