Detrás
de esta petición, hay una conexión profunda con el deseo y el entusiasmo por
aprender.
Mónica
Lepín, Educadora de párvulos, autora y editora de Caligrafix, la
primera editorial en Chile y América Latina en incorporar realidad aumentada a
su material educativo, que participa de la campaña Por un Chile Que Lee,
alianza público privada que busca aportar iniciativas para enfrentar las
brechas de aprendizajes en lectura de los y las estudiantes, cuenta con
experiencia en esta materia, ya que en 2020 fue narradora voluntaria para
audiolibros, Biblioteca Pedro Lemebel, de la Municipalidad de Recoleta, cuyo
propósito era acercar a las personas ciegas a la literatura.
En
esta ocasión le tocó narrar el libro, “El Túnel” de Ernesto Sabato y en 2021
hizo lo mismo con “Feminismo: una nueva organización del trabajo” de Gabriela
Mistral, entre otros títulos y autores.
Y
bajo este contexto, el leer en voz alta es una experiencia profunda que deja
múltiples beneficios tanto para el narrador como para quien escucha.
“Contar
y narrar historias es un excelente ejercicio, porque estimula la imaginación y
creatividad en niños y niñas. Además, estimulamos los niveles del lenguaje, el
conocimiento de nuevos términos y palabras que podrán ir agregando a su
vocabulario”, enfatiza la especialista de Caligrafix también autora de la
línea de cuadernos de actividades “Verano de Aventuras” estructurados en unidades
temáticas que abordan diversos contextos relacionados con las vacaciones de
verano que además cuentan con stickers, ilustraciones, juegos, recortables,
cuentos, manualidades, comics e historietas que puedes adquirir a
través de Buscalibre.cl.
Por
otro lado, cuando se le lee a un niño o niña en voz alta, esto permite que
puedan escuchar cómo se expresa una idea en una oración, cómo se usan los
artículos, sustantivos y adjetivos, entre otros, por ende, los
ayuda en la morfosintaxis,
entendida como la disciplina que estudia las reglas morfológicas y sintácticas
de una lengua.
“Además,
el leer en voz alta también ayuda en lo fonológico, es decir a reconocer, de
una forma más óptima, el sonido de las letras, así como también a la
comprensión lectora. También, no hay que olvidar que este es un buen ejercicio
no solo para quien escucha sino también para quien narra.
Cuando interpretas a un personaje y usas tu voz para personificarlo, ya sea haciéndola más grave, aguda o cambiándole el ritmo de la narración, ellos adquieren una personalidad; eso es muy motivante y entretenido para niños y niñas, ya que potencia la imaginación, no solo para los pequeños, sino también para los adultos.”, puntualiza Mónica.
Otros beneficios de leer en voz alta: los motiva a tener el hábito de la lectura; permite que niños y niñas generen habilidades sociales; favorece la concentración; genera confianza en los menores; se conectan con las emociones; se genera un vínculo entre quien lee y quien escucha y potencia la expresión oral, por lo tanto, la pronunciación.
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