Infografía de Paper Nature |
En los meses previos a los terremotos de Chile 2010 y Japón 2011, se produjeron oscilaciones de la superficie terrestre, en extensiones de unos 1.000 kilómetros en cada país, luego de lo cual se generó el desacople de las placas tectónicas provocando ambos sismos.
Este es parte de los resultados de una
nueva investigación dirigida por científicos de Alemania, Chile y Estados
Unidos, entre los cuales se cuenta el geólogo de la Universidad de Concepción
Marcos Moreno Switt.
Este equipo investigó las señales que
captan el movimiento de estaciones de navegación por satélite GNSS (GPS) antes
de los grandes terremotos del Maule, de magnitud 8,8 y de Tohoku-oki, de
magnitud 9,0 publicando este trabajo, en el último número de la prestigiosa
revista "Nature", aparecido este 30 de abril.
¿Y cuál fue este movimiento oscilatorio
registrado instrumentalmente?
Ambos eventos ocurrieron en el borde del
Pacífico, donde las placas oceánicas se sumergen debajo de la corteza
continental o bajo otra placa oceánica, en un proceso llamado subducción.
Durante años y décadas la energía sísmica
se acumula lentamente, lo que produce un movimiento constante de la superficie
terrestre debido al acople entre la placa tectónica que subducta con la que está
sobre ella.
En el caso de Chile, se registra como un
movimiento lento de compresión hacia el Este (hacia Argentina).
Marcos Moreno y parte del equipo de investigación |
Este estudio
demuestra que de manera reiterada las estaciones de GPS se desplazaron en
dirección opuesta a su movimiento normal, es decir, hacia el Oeste (hacia el
Océano Pacífico); pero luego invirtieron de nuevo su dirección para volver a su
movimiento normal.
Lo más interesante es que, en ambos casos,
muy poco después de la segunda inversión, el contacto de las placas se rompió y
se produjeron estos terremotos.
Estas oscilaciones de movimientos contrarios al
movimiento normal, indican un cambio en el comportamiento entre las placas
antes de grandes sismos, mostrando un potencial período precursor, que precede
a la liberaron de energía durante un gran movimiento telúrico.
Los investigadores, estudiaron posibles
causas y mecanismos posiblemente artificiales responsables de estos cambios de
movimiento, no encontrando ninguna explicación que no sea relacionada a
procesos que ocurren antes de grandes terremotos y ante ello, sugieren que
existen deformaciones transitorias en la superficie terrestre que son resultado
de cambios que ocurren a grandes profundidades, ya que tienen un efecto
continental.
Los autores, proponen que estas
oscilaciones son consecuencia de períodos donde hay un mayor “tirón” en las
placas tectónicas causado, por cambios en la composición y densidades en la
placa oceánica a medida que ésta se subducta bajo el continente y estos
períodos de mayor tirón, aceleraron la carga en los segmentos acoplados más
superficiales que están atascados por la fricción, áreas donde se generan estos
grandes terremotos.
Instrumental para captar movimientos terrestres |
Este estudio, basado en un proyecto
financiado por Conicyt (actual Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo),
demuestra la importancia de monitorear, con datos satelitales, la deformación
del suelo terrestre el cual, es hoy la herramienta más relevante para
comprender mejor los procesos que anteceden a grandes terremotos.
Consultado sobre las implicancias de este
estudio, el Dr. Marcos Moreno Switt, dijo que “gracias a los datos satelitales,
hoy podemos identificar con gran precisión cómo se deforma la superficie de la
Tierra antes de grandes terremotos, lo que nos permite identificar cambios que
pueden estar relacionados a los procesos que los gatillan”.
“Es probable que la gran mayoría de los
grandes terremotos estén acompañados de actividad precursora, como se ha
registrado antes de los terremotos de Iquique en 2014 y ahora, previos a los
terremotos de Japón y Maule, pero, aún falta mucho para comprender mejor esta
actividad precursora, pero es un gran avance poder detectar estos movimientos.
Esto
es el foco de nuestro recién adjudicado proyecto Anillo 2020 “PRECURSOR”, el
cual integraremos un equipo interdisciplinario de investigadores chilenos y
extranjeros para obtener más y mejor información de estos procesos
desencadenantes o precursores de grandes sismos”, añadió Marcos Moreno.
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