miércoles, 29 de abril de 2020

Descubren movimientos de las placas terrestres que podrían predecir grandes sismos.

Infografía de Paper Nature

 En los meses previos a los terremotos de Chile 2010 y Japón 2011, se produjeron oscilaciones de la superficie terrestre, en extensiones de unos 1.000 kilómetros en cada país, luego de lo cual se generó el desacople de las placas tectónicas provocando ambos sismos.

Este es parte de los resultados de una nueva investigación dirigida por científicos de Alemania, Chile y Estados Unidos, entre los cuales se cuenta el geólogo de la Universidad de Concepción Marcos Moreno Switt.

Este equipo investigó las señales que captan el movimiento de estaciones de navegación por satélite GNSS (GPS) antes de los grandes terremotos del Maule, de magnitud 8,8 y de Tohoku-oki, de magnitud 9,0 publicando este trabajo, en el último número de la prestigiosa revista "Nature", aparecido este 30 de abril.

¿Y cuál fue este movimiento oscilatorio registrado instrumentalmente?

Ambos eventos ocurrieron en el borde del Pacífico, donde las placas oceánicas se sumergen debajo de la corteza continental o bajo otra placa oceánica, en un proceso llamado subducción.

Durante años y décadas la energía sísmica se acumula lentamente, lo que produce un movimiento constante de la superficie terrestre debido al acople entre la placa tectónica que subducta con la que está sobre ella.

En el caso de Chile, se registra como un movimiento lento de compresión hacia el Este (hacia Argentina). 

Marcos Moreno y parte del equipo de investigación
Este estudio demuestra que de manera reiterada las estaciones de GPS se desplazaron en dirección opuesta a su movimiento normal, es decir, hacia el Oeste (hacia el Océano Pacífico); pero luego invirtieron de nuevo su dirección para volver a su movimiento normal.

Lo más interesante es que, en ambos casos, muy poco después de la segunda inversión, el contacto de las placas se rompió y se produjeron estos terremotos. 

Estas oscilaciones de movimientos contrarios al movimiento normal, indican un cambio en el comportamiento entre las placas antes de grandes sismos, mostrando un potencial período precursor, que precede a la liberaron de energía durante un gran movimiento telúrico.

Los investigadores, estudiaron posibles causas y mecanismos posiblemente artificiales responsables de estos cambios de movimiento, no encontrando ninguna explicación que no sea relacionada a procesos que ocurren antes de grandes terremotos y ante ello, sugieren que existen deformaciones transitorias en la superficie terrestre que son resultado de cambios que ocurren a grandes profundidades, ya que tienen un efecto continental.

Los autores, proponen que estas oscilaciones son consecuencia de períodos donde hay un mayor “tirón” en las placas tectónicas causado, por cambios en la composición y densidades en la placa oceánica a medida que ésta se subducta bajo el continente y estos períodos de mayor tirón, aceleraron la carga en los segmentos acoplados más superficiales que están atascados por la fricción, áreas donde se generan estos grandes terremotos.

Instrumental para captar movimientos terrestres
Este estudio, basado en un proyecto financiado por Conicyt (actual Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo), demuestra la importancia de monitorear, con datos satelitales, la deformación del suelo terrestre el cual, es hoy la herramienta más relevante para comprender mejor los procesos que anteceden a grandes terremotos.

Consultado sobre las implicancias de este estudio, el Dr. Marcos Moreno Switt, dijo que “gracias a los datos satelitales, hoy podemos identificar con gran precisión cómo se deforma la superficie de la Tierra antes de grandes terremotos, lo que nos permite identificar cambios que pueden estar relacionados a los procesos que los gatillan”.
           
“Es probable que la gran mayoría de los grandes terremotos estén acompañados de actividad precursora, como se ha registrado antes de los terremotos de Iquique en 2014 y ahora, previos a los terremotos de Japón y Maule, pero, aún falta mucho para comprender mejor esta actividad precursora, pero es un gran avance poder detectar estos movimientos.

 Esto es el foco de nuestro recién adjudicado proyecto Anillo 2020 “PRECURSOR”, el cual integraremos un equipo interdisciplinario de investigadores chilenos y extranjeros para obtener más y mejor información de estos procesos desencadenantes o precursores de grandes sismos”, añadió Marcos Moreno.

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