Los textos escolares de la asignatura de
Historia y Geografía definían antiguamente, el Antartandes como el conjunto de
cadenas montañosas que sirve de eje a la península Antártica y que algunos
geólogos, consideraban como una extensión de la cordillera de los Andes en el
continente antártico.
Dicha teoría, se remonta a alrededor de
los años 1960-1970, cuando diversos especialistas postularon esto, basándose en
que existían los mismos tipos de rocas a ambos lados.
De esta manera, se planteaba que la cordillera se inicia en la frontera de Colombia y Venezuela, cruza ampliamente Perú y Chile para sumergirse en el paso de Drake, reapareciendo de manera intermitente en las islas Aurora, Georgias del Sur, Sándwich del Sur, Orcadas del Sur y Shetland del Sur y continuando, luego en la península Antártica.
Precisamente, este postulado fue materia
de discusión hace exactamente dos décadas. Al inicio de los 2000, un grupo de
investigadores ingleses y neozelandeses reconocieron una estructura geológica
mayor en la península Antártica y propusieron, que estaba compuesta por bloques
exóticos y autóctonos, es decir, que sus constituyentes principales no se han
formado in situ.
Desde aquel momento, se ha intensificado
el debate y el año 2015 se publicó un artículo del British Antarctic Survey
(BAS) que trató de resolver y dejó encaminada la idea que la península
Antártica es más bien autóctona.
La descripción sobre el estado en que se
encontraba el continente Gondwana y la península Antártica durante el período
mesozoico es ampliamente detallada en el artículo “The
Gondwanan margin in West Antarctica: Insights from Late Triassic magmatism of
the Antarctic Peninsula” (traducido al español como “El margen de Gondwana
en la Antártica Occidental: visiones desde el registro magmático del Triásico tardío de la península
Antártica”) publicado en la revista científica Gondwana Research, una de las
más reconocidas en el área de la geología y especializada en la evolución de
este antiguo continente.
“El objetivo principal de este trabajo es
mejorar las reconstrucciones de la península Antártica dentro del margen oeste
de Gondwana y así avanzar en nuestra comprensión de su configuración”, presenta
el documento.
El primer autor de este artículo es el
candidato a doctor de la Universidad de Ginebra y geólogo de la Universidad de
Chile, Joaquín Bastías, quien trabaja con el Dr. Richard Spikings de la misma
universidad.
Asimismo, dentro de la lista de autores
que colaboraron se encuentra el Dr. Francisco Hervé, Premio Nacional de
Geología chileno reconocido por sus contribuciones a la paleogeografía y la
tectónica de Chile y la Antártica y quien, fuera condecorado en el año 2016 con
la Medalla a la Trayectoria que entrega el Comité Científico de Investigación
Antártica (SCAR por su sigla en inglés).
Los resultados presentados en este
artículo son fruto de un proyecto financiado por el Instituto Antártico Chileno
(INACH).
“Nuestra publicación, viene a aportar con
nuevos datos una propuesta que combina las dos teorías.
Es efectivo, que la estructura que
propusieron en el 2000 tuvo un rol relevante, pero al parecer se movió solo
localmente. De esta manera, podríamos decir que ambas hipótesis estaban en lo
correcto en alguna forma y lo que nosotros proponemos, es que la península
Antártica tiene un origen para-autóctono, es decir, siempre fue parte de
Gondwana”, explicó Joaquín Bastías.
Del mismo modo, sobre la teoría que afirma
que la cordillera de los Andes se une al mar y aparece en la Antártica, aclara
que “aparentemente estaban unidas la península Antártica con Sudamérica
solamente en el margen, es decir, hacia el contacto con el océano Pacífico (el
océano Pacífico no existía en ese tiempo, le llamamos proto-Pacífico) y,
aparentemente, estos elementos se movieron alrededor de esta vecindad regional.
Pero no es precisamente como se propuso
sugiriendo que cierta parte de la península Antártica llegó y colisionó, con lo
que había en ese sector de la Antártica.”
Para llevar a cabo este estudio, se
combinaron nuevos datos geocronológicos, geoquímicos e isótopos en minerales y
roca entera.
“Tenemos muchos datos de geología
isotópica; esto quiere decir que ocupamos distintos isótopos como uranio,
oxígeno, estroncio, neodimio, plomo y hafnio. Y también empleamos análisis
químicos de elementos mayores, que son más constitutivos de las rocas y los
elementos traza”, detalló Bastías.
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