Un grupo de paleontólogos chilenos y
argentinos dio a conocer una nueva especie de mamífero, bautizado con el nombre
de Orretherium tzen y que habitó la Patagonia durante el Cretácico superior,
según un estudio publicado hoy en la prestigiosa revista Scientific Reports de
la línea Nature.Este hallazgo se realizó en Cerro Guido, valle del río de las
Chinas, en la provincia de Última Esperanza, mismo lugar donde lleva trabajando
más de diez años ininterrumpidos un grupo liderado por el Dr. Marcelo Leppe,
director del Instituto Antártico Chileno (INACH).
Los fósiles encontrados corresponden a una
mandíbula con cinco dientes y un molar del maxilar, de pequeño tamaño, los que
fueron descubiertos en rocas de la Formación Dorotea (Cuenca Magallanes) con
una antigüedad estimada de entre 74 a 72 millones de años (es decir, Cretácico
superior, el último período del Mesozoico), obtenida a partir de dataciones
radiométricas realizadas en el área.
La investigación fue elaborada por el Dr.
Agustín Martinelli (Conicet-Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino
Rivadavia), Sergio Soto y Dr. Alexander Vargas (Red Paleontológica de la
Universidad de Chile), Jonatan Kaluza (Fundación Félix de Azara), Dr. Francisco
Goin y Dr. Marcelo Reguero (Museo de la Plata), Dr. Enrique Bostelman
(Universidad Austral de Chile), Pedro Fonseca (Universidade Federal do Rio
Grande do Sul) y el Dr. Marcelo Leppe (INACH).
Para Leppe, “el cerro Guido y el valle del
río de las Chinas libera año tras año nuevos secretos sobre los últimos
episodios de la Era de los Dinosaurios, en una de las localidades de origen
continental más australes del mundo, con una diversidad tal, que está ayudando
a comprender la compleja historia de la conexión de Patagonia con Antártica y
Oceanía.
Una nueva imagen emerge de estos 20
millones de años atrapados en las rocas de la Provincia de Última Esperanza,
una de bosques remanentes de las floras del megacontinente Gondwana, pobladas
de una diversidad única de dinosaurios, reptiles, mamíferos y aves, a la cual
se suma este nuevo icono magallánico: Orretherium tzen”, puntualiza.
El origen de su nombre deriva de dos
raíces: “Orre” significa “dientes” en dialecto Aonikenk y “therium” es “bestia”
en griego, una terminación que es empleada frecuentemente en géneros de
mamíferos. Por otra parte, “tzen” significa cinco en Aonikenk, en una clara
referencia a tener preservados cinco dientes consecutivos en su mandíbula.
Este espécimen posee una dentición más
simple que la de los marsupiales y placentarios y se le clasifica como un
mamífero meriodioléstido de la familia Mesungulatidae.
Está próximamente emparentado con Mesungulatum
y Coloniatherium, géneros encontrados en rocas del Cretácico superior (de unos
70 millones de años de antigüedad) en las provincias argentinas de Río Negro y
Chubut, respectivamente; y Peligrotherium del Paleoceno (60 millones de antigüedad)
encontrado en Chubut. En la actualidad, las especies del Cretácico se
encuentran representadas por dientes aislados o mandíbulas que durante el
proceso de fosilización perdieron la mayoría de sus dientes.
Dentro de este panorama, el descubrimiento
de Orretherium es de suma importancia puesto que la mandíbula preservada, de
menos de tres centímetros de largo, ostenta los cinco dientes en posición,
permitiendo conocer la variación de la morfología dental en esta especie.
El paleontólogo argentino Dr. Agustín
Martinelli, uno de los autores del escrito, valoró la importancia de contar con
este material tan bien preservado de un mamífero del Cretácico, ya que “es
fundamental para conocer a esta nueva especie mesozoica y extrapolar su
información para otros mamíferos encontrados en Argentina y el resto de
Gondwana”, expresó.
Cabe precisar que, a fines del Mesozoico,
los ecosistemas terrestres eran muy diferentes a los actuales y los fósiles que
se encuentran en rocas cretácicas de Magallanes están revelando una historia
fascinante justo en el momento anterior a la gran extinción de los grandes
dinosaurios y otros reptiles (como los pterosaurios y mosasaurios). Por medio
de estos registros, los investigadores pueden establecer que los mamíferos
habitaron este territorio y sobrevivieron a esta gran extinción.
Los fósiles encontrados son muy
importantes para entender el “rompecabezas” de la historia evolutiva de los
mamíferos durante la Era de los Dinosaurios y se suman al Magallanodon
baikashkenke, primer mamífero del mesozoico chileno descubierto,
correspondiente al grupo de los gondwanaterios y de similares características a
un coipo.
Ambos hallazgos dan cuenta del gran
potencial paleontológico que tiene esta zona, tal como menciona el paleontólogo
Dr. Alexander Vargas, uno de los coordinadores del proyecto: “La evolución de
los mamíferos durante la Era de los Dinosaurios es aún muy desconocida y cada
descubrimiento de una especie nueva es un avance que llama la atención a nivel
mundial.
La nueva especie chilena Orretherium tzen es de especial importancia
para discutir el origen evolutivo de una importante familia de mamíferos, los
mesungulátidos, y la excelente preservación de los fósiles, sumado al
descubrimiento previo de Magallanodon, ubica a Magallanes como nuevo foco de
atención mundial para futuros avances en evolución de los mamíferos”,
enfatizó.
Concuerda con esta opinión, el también
paleontólogo Sergio Soto Acuña, quien comenta que “el hallazgo de Orretherium
tzen, junto a Magallanodon baikashkenke, nos revela la existencia de una
diversidad de linajes de mamíferos en el Mesozoico de Magallanes, de la cual
probablemente estamos recién rasguñando la superficie”.
Asimismo, plantea que
el estudio de los mamíferos del valle de las Chinas “será fundamental para
responder importantes interrogantes evolutivas y biogeográficas que aún
persisten en la comunidad paleontológica y que nos permiten comprender mejor la
evolución de estos antiguos ecosistemas que ya no existen en la actualidad”.
“Los fósiles de animales pequeños nos
ayudan a entender y construir una fracción de la biota, aportando importantes conocimientos
sobre la ecología y distribución de las especies”, explica Jonatan Kaluza de la
Fundación Félix de Azara - Universidad Maimónides y agrega que “este
conocimiento adquirido a través de la experiencia en otros yacimientos
fosilíferos nos permitió armar un rompecabezas de hace 72 millones de años”.
Este trabajo fue financiado por el
Proyecto Anillo ACT-172099 (PIA ANID Chile) y el Proyecto FONDECYT N° 1151389
(Chile) “Paleogeographic patterns v/s climate change in South America and the
Antarctic Peninsula during the latest Cretaceous: A possible explanation for
the origin of the Austral biota”, que integran el Programa Nacional de Ciencia
Antártica.
El INACH es un organismo técnico
dependiente del Ministerio de Relaciones Exteriores con plena autonomía en todo
lo relacionado con asuntos antárticos y tiene entre sus misiones el incentivar
el desarrollo de la investigación científica, tecnológica y de innovación en la
Antártica, el fortalecimiento de Magallanes como puerta de entrada al Continente
Blanco y promover el conocimiento de las materias antárticas a la ciudadanía.