En una sociedad donde las apariencias lo son todo, la protagonista siente por primera vez el vértigo de la libertad y descubre cómo el deseo, los celos y la culpa no saben de edades ni de clases sociales.
Su autor, Juan Del Val (Madrid, 1970) es
escritor, guionista y columnista. Con una voz directa y sin adornos, se ha
consolidado como narrador de historias incómodas y conmovedoras en las que la
intimidad, el deseo, la clase social y la culpa se entrelazan con agudeza y
verdad emocional.
Es autor de varias novelas de éxito y
colaborador habitual en prensa y televisión. Vera, una historia de amor es,
quizá, su obra más íntima: el retrato sin concesiones de una mujer que se
atreve a cambiar su destino.
Vera, una historia de amor.
Avalado por el Premio Primavera 2019 y con
el respaldo incondicional de los lectores que le han llevado a vender decenas
de miles de ejemplares con sus últimas novelas, Juan del Val vuelve a dirigir
su mirada hacia ese universo femenino que tanto le fascina, aquel en el que las
mujeres se emancipan a través del deseo y donde, lejos de ser meras figuras
decorativas y testimoniales, se convierten en el verdadero motor, emocional y
simbólico, de sus vidas.
Vera, una historia de amor
reúne en sus páginas muchas de las características literarias que ya conocemos
de Juan del Val por sus anteriores novelas y que le han convertido en un autor
de éxito: la libertad, la honradez, la búsqueda de la autenticidad.
Del Val no pretende idealizar a la mujer;
tampoco la victimiza. La muestra, sencillamente, tal como es, en su
complejidad, con todas sus contradicciones y toda su fuerza interior.
Con una prosa aparentemente sencilla y un
lenguaje coloquial, escrito en tercera persona, Juan del Val vuelve a demostrar
que lo importante en su narrativa no son los hechos, sino cómo se viven. Su
honradez narrativa se reviste así de un dramatismo emocional que le permite
ahondar en la verdad de lo cotidiano sin recurrir a artificios formales.
Sinopsis
Hastiada de un matrimonio que ya no la
hace feliz y carcomida hasta los huesos por el aburrimiento y una existencia
sin ilusión, a sus cuarenta y cinco años, Vera Luque — alta, guapa, elegante,
hija de un importante empresario sevillano— toma una decisión que cambiará su
vida: romper con su marido, Borja Manuel Laguía, marqués de Villaecijilla.
Lo que en principio parece una ruptura
amistosa y educada entre dos personas que ya no se aman, se tornará en un
peligroso juego de celos y rencores cuando Vera conoce a Antonio, un joven
vendedor de pisos con más labia que patrimonio —alto, guapo, moreno, soltero y
diez años menor que ella—, tan seductor como imprevisible.
Un suceso inesperado y terrible, sin
embargo, la alejará de un mundo al que ya no quiere pertenecer y desencadenará
una serie de hechos que, como piezas de un puzle ficticio, irán encajándose
hasta revelarle una trágica imagen final. Una que nadie querría conocer.
De una clásica historia de amor a una
revolución íntima.
Juan del Val narra en la novela ganadora
del Premio Planeta 2025, una clásica historia de amor, una aventura sentimental
donde la protagonista descubre que la felicidad no siempre llega a lomos de un
caballo blanco, sino a través de gestos sutiles como una sonrisa franca y la
promesa de un nuevo comienzo.
Lo que empieza como una pequeña liberación
en la vida de una mujer no tardará en convertirse en una auténtica revolución
íntima que, primero, llevará a la protagonista a cuestionarse sus deseos y
valores y después, a reinventarse emocionalmente, atreviéndose a sentir, elegir
y equivocarse sin tener que pedir permiso a nadie por ello.
Juan del Val vuelve a demostrarnos con
esta novela que domina muy bien el género. Con una mirada honrada, empática y
lúcida, sus protagonistas femeninas —mujeres que un día toman las riendas y
viven sus vidas con autenticidad y no pendientes de las apariencias— encarnan
la condición humana que busca sentido a su existencia.
Son sus voces las que dotan a la narración
de una credibilidad concreta y palpable, fundamentada en contradicciones
reales, deseos insospechados e imperfecciones emocionales.
Para el autor, la libertad femenina no es
una consigna ideológica, sino una vivencia íntima. Vera, al igual que sus otras
protagonistas, no se libera mediante proclamas ni eslóganes, sino a través de
los sentimientos.
Estos conflictos personales y emocionales,
en ocasiones también sociales, son los que desencadenan la acción y las empujan
a la búsqueda de una ansiada libertad personal.
Un ritmo fresco y adictivo para una
experiencia literaria intensa.
La profundidad psicológica y la
sensibilidad narrativa convierten la lectura de Vera, una historia de amor en
una experiencia literaria intensa.
El
ritmo fresco y adictivo al que nos tiene acostumbrados Juan del Val, su
habilidad para construir diálogos convincentes, cercanos y efectivos, y su
prosa cristalina, casi coloquial, generan una atmósfera de verosimilitud que
contagia al lector y lo mantiene enganchada página tras página.
Su técnica, a base de capítulos cortos,
escenas rápidas, diálogos naturales, descripciones precisas que evocan lugares,
gestos y emociones sin detenerse en florituras, es ya el sello personal de su
escritura. Es un estilo que engancha, que incomoda en ocasiones, pero donde
nada se edulcora porque muestra como nadie la verdad de lo cotidiano.
El barrio del Arenal en Sevilla como
escenario físico y espacio cargado de simbolismo.
Desde niña, la vida de Vera ha
transcurrido fuera de la ciudad.
Dejó Casa Caldera, su finca familiar, para
instalarse en La Paz, la finca del marqués. No es la única ni la más rentable,
pero es donde quiso vivir después de casarse. Sin embargo, a pesar de los
espacios abiertos y la tranquilidad, Vera se asfixia, siente que le falta el
aire.
Un ático en el barrio del Arenal será su
tabla de salvación, un territorio de conquista donde construir una nueva
identidad y desprenderse de un pasado que le agobia.
El Arenal es en la novela de Juan del Val
mucho más que un barrio.
Es
un espacio metafórico donde reflejar el estado interior de la protagonista, un
lugar que cumple una función simbólica y existencial: marca el inicio de un
viaje de liberación. Como en todas las novelas del autor, en Vera, una historia
de amor no podía faltar el erotismo.
Pero no en un sentido físico y provocador,
sino como la auténtica fuerza narrativa que impulsa la transformación de la
protagonista. La sensualidad es en Vera casi una experiencia mística, un
despertar, una afirmación de su propia existencia.
Historia del Premio Planeta
José Manuel Lara Hernández, animado por el
deseo de promocionar a los autores españoles, creó en 1952 un premio de novela.
El Premio Planeta se ha convertido en un
acontecimiento literario que cumple fielmente la finalidad que se propuso:
situar a los autores españoles galardonados en unos altísimos niveles de
difusión y de popularidad.
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| Juan Del Val (c) Javier Ocaña |
Entre los escritores chilenos participantes
y ganadores están Marcela Serrano que fue finalista el 2001 con su novela Lo
que está en mi corazón y Antonio Skármeta, quien ganó el premio el año 2005
con la novela El baile de la Victoria.
Dotación económica
De las 40.000 pesetas iniciales actualmente el premio es de 1.000.000 de euros para la novela ganadora y 200.000 euros para la obra finalista, lo que lo convierte en el premio literario con mayor dotación del mundo.
#Planeta de Libros

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