El Atlas incluye algunos destinos turísticos mundialmente conocidos, como Machu Pichu, la Rivera Maya y el Carnaval de Río de Janeiro, juntamente con lugares escasamente visibles, pero de extraordinario valor cultural, que todavía se encuentran fuera de las rutas comerciales promovidas por las agencias internacionales de turismo. Entre ellas se destacan lugares notables.
En cuanto a gastronomía y productos típicos, el Atlas 2025 reconoce también propuestas emblemáticas y ampliamente reconocidas (gastronomía de México y Perú; ron caribeño, pisco de Perú y Chile y cachaza de Brasil), juntamente con otros elementos todavía menos conocidos, pero de gran potencial.
Dentro
de Chile, el mapa prioriza territorios que todavía no figuran como destinos
turísticos consolidados, como la salitrera Santa Elena, el Valle del Huasco, el
Valle de Limarí, el Valle del Maule y el Barrio gastronómico del Parque
Bustamante (Santiago).
La publicación de los mapas digitales del Atlas es el primer paso dentro de la estrategia general de visibilización de los destinos turísticos de América Latina.
Dentro de este proceso, se está organizando también el canal de Youtube con videos específicos, coordinado por Alejandro Aruj, académico de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Cuyo y director de Cultura del Cluster Mendoza Este y el Atlas-libro, donde cada capítulo entregará más información de cada paisaje cultural y producto típico, liderado por el doctor Juan Blánquez, académico de la Universidad Autónoma de Madrid.
El canal de Youtube y el Atlas-libro se presentarán en la II Cumbre Iberoamericana de Turismo Eco-Cultural, programada para celebrarse en Sucre, el próximo 23 de octubre, con el apoyo de la Gobernación de Chuquisaca, el clúster de Sucre, impulsado por Judith Tito Rosquellas y el clúster del Valle de Cintis, liderado por Marcela Mendoza y organizaciones universitarias y empresariales de Chile, Argentina, Perú, Brasil y otros países.
“El proyecto aspira a mejorar los vínculos entre los países latinoamericanos, impulsar el desarrollo económico y social, valorizar el patrimonio natural y cultural, aumentar el empleo, activar las pymes y mejorar la calidad de vida de la población rural”, sostuvo Pablo Lacoste, académico del Instituto de Estudios Avanzados de la Usach.

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