La jornada fue encabezada por
el compositor y director ejecutivo de la institución, Pablo Aranda, quien
dirigió unas palabras a los becados y becadas de la Orquesta Sinfónica
Estudiantil Metropolitana y de la Orquesta Sinfónica Infantil Metropolitana.
“Estamos orgullosos de
que la música sea justamente algo que nos convoca, nos une, nos hace convivir
en respeto. Ojalá que FOJI siga siendo un lugar donde, independiente de nuestra
nacionalidad, podamos sentirnos acogidos”, dijo.
En el transcurso de la
actividad, un grupo de ocho jóvenes migrantes y chilenos integrantes de la
OSEM, interpretaron para sus compañeros la obra “Oblivion” del compositor
argentino Astor Piazzolla. Junto con ello, se dispuso una muestra gastronómica
típica de los distintos países de procedencia de los jóvenes, propiciando un
espacio de convivencia.
FOJI como un lugar de
encuentro
Sebastián Palacios es
concertino de la Orquesta Sinfónica Estudiantil Metropolitana. De origen
venezolano, participó en la presentación musical junto a sus pares. El joven de
18 años reflexionó sobre la relevancia de instancias como esta.
“Siento que nos favorecen, nos
llenan, nos enriquecen en nuestro repertorio y también en nuestra cultura. Nos
hacen crecer también no solo como personas, sino que culturalmente”, dijo.
El violinista agregó que, a
través de su instrumento, ha logrado ir expresando una parte auténtica de sí
mismo con el resto de sus compañeros: “Siento que ya hay un avance. Ya nos
estamos uniendo más y estamos siendo mucho más empáticos con el otro”.
Por su parte, Orlanny
Arismendi, también violinista de la OSEM y de nacionalidad venezolana, destacó
que este tipo de actividades permiten conocer realidades culturales diversas. A
su juicio, la música conecta a Chile, Venezuela y otros países de Latinoamérica
en una misma comunidad.
Asimismo, señaló que las
expresiones artísticas funcionan como un lenguaje universal que facilita la
comprensión entre personas de distintos orígenes y miradas. “Creo que la
música puede aportar en la unión al mostrar la belleza del arte, nos unimos y
mostramos lo que hacemos”, dijo.
De esta manera, la Fundación
de Orquestas Juveniles e Infantiles de Chile consolida su rol como un espacio
de encuentro, donde distintas identidades convergen y se fortalecen a través de
la música.
La interculturalidad y la integración son pilares fundamentales para el desarrollo integral de niños, niñas y jóvenes. FOJI, a través de la música, el trabajo colaborativo y la convivencia respetuosa, propicia espacios donde la diversidad de orígenes y experiencias se transforman en una oportunidad de aprendizaje.
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