Galería 1712 inaugura Escasez relativa, una exposición que reúne el trabajo de Coco González, Francisco Cintolesi y Macarena Cacciuttolo en torno a una inquietud profundamente contemporánea: ¿qué significa mirar en un tiempo saturado de imágenes?
Lejos de
la crítica o la denuncia, la muestra propone un ensayo abierto, una práctica
que se piensa a sí misma desde dentro del exceso visual que define nuestra
época.
En un paisaje saturado de
signos, donde la abundancia se vuelve indistinción y las imágenes parecen
repetirse hasta perder singularidad, los artistas ensayan modos de encuentro,
fricción y coexistencia. La muestra parte de una idea simple pero decisiva: la
escasez hoy no es de producción, sino de atención; no de imágenes, sino de
diferencias
Desde la pintura, el objeto,
la instalación, y la puesta en escena, los artistas configuran un territorio
donde las obras funcionan y se fusionan como ecos, interrupciones o pequeñas
anomalías dentro del flujo continuo de signos.
No buscan ordenar el exceso,
sino experimentarlo; no pretenden claridad, sino densidad. Cada pieza se
vincula a las otras a través de resonancias y tensiones, instalando una
microeconomía afectiva donde el valor no se acumula, sino que se comparte.
González Lohse ve esta
co-laboración como “un puente emocional para cruzar”, una puesta en escena de
los tres artistas que buscan abrir la reflexión en un mundo cargado de
imágenes.
“Fue gestado como un juego. En
general lo pasamos muy bien compartiendo nuestros procesos, es algo muy
intuitivo. Con Coco pudimos entendernos, sobre todo, en un ánimo liviano en que
coleccionamos imágenes y las hacemos interactuar como si fuera una la vitrina
de una juguetería.
En ese sentido, nos viene bien
acumular y condensar distintos fenómenos visuales ya que es en diálogo apretado
donde las singularidades adquieren mucho más sentido”, agrega Francisco
Cintolesi.
Desde la curaduría, explica
Macarena Cacciuttolo la propuesta artística/autoral se presenta como un espacio
de encuentro más que como una suma de obras. No buscamos una fusión homogénea
entre Coco González y Francisco Cintolesi, sino una zona donde sus gestos,
materiales y preguntas puedan convivir, friccionarse y afectarse mutuamente.
La mezcla aparece no como un
estilo común, sino como una manera compartida de mirar y de habitar la
saturación visual del presente.
En ese contexto agrega que:
“Mi trabajo curatorial se centra en hacer visible ese diálogo: resaltar las
resonancias entre sus prácticas, las tensiones entre imagen y objeto, y la
forma en que ambos operan desde la intimidad hacia la circulación pública.
Más que ordenar o jerarquizar,
la curaduría propone un territorio donde cada obra funciona como un eco de la
otra, donde lo individual adquiere sentido en relación con lo colectivo”.
Escasez relativa propone
pensar la sobreabundancia no como problema, sino como condición. En este
contexto, la pregunta deja de ser cómo producir más, y pasa a ser cómo seguir
mirando. La exposición busca recuperar la pausa, la demora, la posibilidad de
que una imagen —aunque mínima, frágil o inadvertida— permanezca y nos devuelva
la mirada.
Para los creadores, la muestra es también un experimento colectivo: un espacio para pensar en voz alta, habitar la incertidumbre, jugar con las lógicas del sistema y crear desde el vínculo. Una invitación a detenerse, a mirar de nuevo y a descubrir —entre el ruido— aquello que insiste en permanecer.

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