El proyecto de investigación de colaboración de ciencia y
tecnología para el desarrollo sostenible (Satreps) entre aChile y Japón enfocado
en tsunamis, es parte de la cooperación entre la Agencia de Cooperación
Internacional de Japón (Jica) y el estado chileno.
Este proyecto fue creado tras los tsunamis que afectaron
a Chile en 2010 y a Japón en 2011.
En Satreps-Tsunami participan siete universidades chilenas y
ocho japonesas, además de instituciones chilenas como la Oficina Nacional
de Emergencia (Onemi), el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (SHOA) y la Dirección de Obras
Portuarias (DOP) del Ministerio de Obras Públicas (MOP).
El proyecto, firmado en 2011, que está en su fase de cierre
y entregará el informe final el próximo 29 de octubre, tiene cinco grupos de
investigación con expertos chilenos y japoneses que viajan constantemente a
ambos países para estudiar este tipo de desastres naturales.
Rodrigo Cienfuegos, director del Centro Nacional de
Investigación para la Gestión
integrada de Desastres Naturales explicó que “el foco del programa apunta a que
la investigación y conocimiento que podamos generar desde la academia, sirva en
la respuesta de las personas para disminuir las muertes. Nuestra intención es
recuperar la confianza en las instituciones porque es importante creer en que
las autoridades están haciendo bien las cosas".
A través de simulación de tsunamis, modelos matemáticos,
medidas de mitigación, de evacuación y bases de datos con información detallada
de estas catástrofes naturales, los expertos han desarrollado una serie de
planes para mitigar los efectos de un desastre de este tipo.
“Entre ellos, sistemas de alerta temprana, estimación de
daños por tsunami y tiempos de impacto, medidas de mitigación, evacuación de la
ciudadanía y de edificios de altura, y la continuidad operacional de puertos, evaluar
impactos y calcular daños, tener estimaciones de inundabilidad, proyección de
tiempos de respuesta y reposición de infraestructura, desafíos de
infraestructura pública y privada y desarrollo de sistemas de alerta temprana y
todo ello se ha puesto a prueba con los terremotos de Iquique de 2014 e Illapel
de 2015 con muy buenos resultados” añadió Cienfuegos.
Un resultado de este proyecto se vio en el pasado terremoto
del 16 de septiembre que tuvo una magnitud de 8.4 en la escala de Richter que
produjo un tsunami que tocó las costas de la cuarte región minutos después de
producido el movimiento telúrico.
"Lo que hemos aprendido es que el tsunami del 16 de
septiembre fue instantáneo y por lo tanto los nuevos hallazgos hablan de un
tiempo menor a los 10 minutos para evacuar las zonas costeras afectadas por un
sismo de magnitud. Lo anterior, porque pescadores que estaban en las caletas
explicaron que, antes de que terminara el terremoto, tuvieron una primera
inundación.
Este sismo, cambió radicalmente la visión que tiene el mundo
respecto de nuestra preparación en la evacuación", añadió el director del
proyecto Satreps.
Además, de esta cooperación surge el Sistema Integrado de
Predicción de Alerta de Tsunami (Sipat), un programa que está siendo probado en
el SHOA y que permite establecer niveles de alerta por zonas con solo conocer
la magnitud, profundidad y epicentro del terremoto.
El unir el conocimiento científico con el saber común de las
personas permite interpretar los eventos y sus impactos con mayor precisión.
En Chile por medio de fórmulas matemáticas y de optimización de
cómputos entre eventos, se han logrado simular al menos 1.000 escenarios en
todo el borde costero para poder producir el Sipat.
Según el estudio, los desafíos para Chile se
enfocan en mejorar la evacuación ciudadana a través de entender la
inconveniencia de uso de vehículos, iluminar más las vías y zonas de
evacuación, adaptar en zonas seguras con servicios básicos y sistemas de
atención, superponer otras rutas y formar a líderes para actuar en estos
eventos.
Toshimi Kobayashi subdirectora de JICA expresó que “este
proyecto de prevención de desastres naturales se enfocó en temas comunes entre
ambas naciones como son los terremotos y los tsunamis y también los problemas
de salud mental que se producen cuando, por culpa de estos desastres, se rompen
los lazos afectivos siendo un tema mayor al de la reconstrucción”.
“Además, la prevención de daños por desastres naturales, es
un tema clave para el desarrollo de un país ya que es necesario que quienes
toman las decisiones políticas tengan claro cuanto le puede costar a una nación
un desastre natural, lo cual no es un tema menor.”, añadió Kabayashi.