Leer “abre el mundo” y la imaginación, potencia el
aprendizaje fortaleciendo las capacidades de memoria, atención, comprensión y
análisis. Estimula la curiosidad, la creatividad y fomenta los vínculos
afectivos, lo que genera mayor bienestar personal y para la comunidad.
Cada familia tiene una identidad propia y conoce la
manera de generar espacios amorosos y gratos para compartir, pasarlo bien y
fortalecer el sentido de pertenencia. Por esto la invitación es a incorporar la
lectura como una actividad diaria, cariñosa y entretenida dentro de la vida
familiar.
Durante abril se celebra el mes del libro, dándonos
una excelente oportunidad de recordar y poner en práctica diferentes
estrategias para hacer de la lectura algo habitual y entretenido.
Una lectura en voz alta o una historia relatada
en torno a una mesa, una receta leída con la abuela, un cuento inventado y
compartido o una conversación acerca de diferentes lecturas, son
experiencias cargadas de afecto positivo que los niños, niñas y
adolescentes recordarán siempre y los irá convirtiendo en “pequeños grandes
lectores”.
Distintas investigaciones han demostrado que los niños
a quienes sus adultos significativos les motivan a leer, tienen el doble de
probabilidades de percibirse como lectores, disfrutar la lectura y leer con
mayor frecuencia.
Para pasar del “saber leer” al “querer leer”, el rol
afectivo de la familia es fundamental ya que se va asociando la lectura con el
disfrute, con el vínculo y con la contención, sin que sea necesario tener altos
niveles de estudios o tantos recursos económicos. Todos podemos usar la
creatividad, experiencias, humor y nuestros “saberes” para rescatar
adivinanzas, chistes, canciones infantiles, anécdotas familiares, relatos de
nuestra propia niñez, etc. para narrar a los niños, niñas y jóvenes.
Algunas ideas para apoyar la lectura en la casa
Con niños y niñas desde educación Parvularia hasta 4°
básico:
- Invitar y
no obligar. Invite a leer de manera amorosa, sin obligar. Es vital que sea
una actividad y un espacio que se disfrute.
- Cada niño y niña es diferente. Respete el interés, ritmo y actitud de cada niño y niña al momento de leer. La individualidad también se manifiesta frente a la lectura, observándose en las temáticas elegidas, tiempo de concentración, lugar preferido para leer, hacerlo en voz alta o silenciosamente, etc.
- Tenga en
cuenta que cualquier momento puede convertirse en un espacio de lectura. Por
ejemplo: cocinar leyendo juntos la receta, reescribirla; permitir que el niño o
niña dibuje o escriba mientras lee un cuento.
- Imaginar y
recrear. Utilice todos los recursos creativos que le permitan jugar y
hacer del momento de la lectura algo entretenido. Usar distintos tonos de voz
para interpretar los personajes del cuento, hacer ruidos, jugar con los gestos
de su cara o con las manos.
Para los más grandes, de 5° básico a IV medio
- Participar
de la experiencia. Construya un momento grato, en el que los niños, niñas
y jóvenes sean escuchados, puedan compartir su mundo, inquietudes, ideas y
emociones que un libro les despierta. También pueden inventar y contar sus
propias historias.
- Leer no es aburrido. Elimine la creencia de que la lectura o los libros son un asunto aburrido. Busque libros de chistes, leyendas, adivinanzas, libros ilustrados, cómics, entre otros.
- Facilitar
el acceso. Tenga siempre libros y revistas al alcance de los niños, niñas
y jóvenes. Acérquense a la biblioteca del colegio, hágase socio de bibliotecas
gratuitas o de bajo costo. Por ejemplo: bibliotecas municipales, BiblioMetro,
Biblioteca Viva en los malls, entre otros.
- Cadena de lectura. Propóngale a los más grandes que lean cuentos y/o narren historias a los hermanos menores de la familia, para que luego los más pequeños, también puedan inventar las suyas y contarlas.
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