El recién pasado jueves 21 de abril, se estrenó la
película "Tres Caras" (2018), dirigida por el aclamado cineasta iraní
Jafar Panahi, quien sorteando el arresto domiciliario que está cumpliendo desde
2011, acompaña a la actriz Behnaz Jafari, más de 100 kms por las zonas
interiores de Irán, buscando a una niña que le ha pedido su ayuda a través de
un video por redes sociales.
Al igual que Drive My Car, es principalmente una road
movie. Y al igual que la cinta dirigida por Ryusuke Hamaguchi, ganó el Premio
al Mejor Guión en el Festival de Cannes (en la edición de 2018).
La película, es una hermosa expresión de solidaridad
artística. La famosa actriz iraní Behnaz Jafari recibe el video inquietante de
una joven pidiendo su ayuda para escapar de su familia conservadora.
Entonces pide a su amigo, el director de cine Jafar
Panahi, que le ayude a entender si se trata de una manipulación. Juntos,
emprenden camino hacia la aldea de la chica en las remotas montañas del
Noroeste, donde las tradiciones ancestrales continúan rigiendo la vida local.
Se nota, además, la influencia de Abbas Kiarostami, pues hay alusiones directas
a “El Sabor de las Cerezas” (también en la SALA VIRTUAL) y a “El Viento nos
Llevará”
Panahi, ganador en 1995 la Cámara de Oro en el
Festival de Cannes por la película “El globo azul” y en 2000 del León de Oro en
Venecia por “El Círculo”, fue condenado en marzo de 2010, a seis años de
cárcel.
La sentencia, adicionalmente, le prohibía de realizar
películas, escribir guiones, viajar al extranjero o dar entrevistas a medios
extranjeros o locales, durante los próximos 20 años. Todo esto, en el marco de
un ambiente de elecciones en Irán, donde el cineasta apoyó públicamente a la
oposición. Desde 2011, su sentencia cambió a arresto domiciliario, condena que
sigue cumpliendo.
Sin embargo, este impedimento legal no lo ha detenido.
Panahi lleva cuatro películas como director, en las cuales difumina (por no
decir que destruye) la línea entre el trabajo documental y el de ficción.
En su estado legal, Panahi optó por voltear la cámara
y hacer que su condición fuese el eje medular de su obra. A veces, es un
retrato fiel de su vida (“Esto No es una Película”) o reúne elementos
inverosímiles (“Taxi Teherán”).
No obstante, Panahi siempre habla de la sociedad
iraní, de la vida cotidiana en su tierra y la ambivalente relación que tiene
con su país.
El director, uno de los cineastas iraníes con mayor
proyección internacional, lleva años sometido a las prohibiciones del régimen
de los ayatolás.
Tanto El Círculo como Offside, películas en las que
trata de reflejar la situación de las mujeres en Irán, habían sido censuradas
por el gobierno de ese país, que tampoco le permitió viajar a Berlín en febrero
de 2010 para participar en la Berlinale de ese año.
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