La sabiduría toma sus referencias de lo que se
denomina memoria a largo plazo, en otras palabras, lo vivido ha de haberse
experimentado con suficiente frecuencia o intensidad como para que no se borre
de nuestro recuerdo, se inserte en los esquemas de lo que consideramos bueno o
malo y se tome en cuenta como parte de los procesos de supervivencia del
individuo.
Lo anterior, se va transformando en acontecimientos
que son parte de la historia de una comunidad que la ayuda a definirse ante
otras comunidades y es transmitida con la finalidad de reafirmar su identidad
comunitaria.
Ahora bien, esa historia se puede transmitir a través
del habla o la canción y pueden tomar la forma, por ejemplo, de cuentos
populares, refranes, romances, canciones o cantos.
De esta manera, es posible que una sociedad pueda
transmitir la historia oral, la literatura oral, la ley oral y otros
conocimientos a través de generaciones sin un sistema de escritura siendo
frecuente, que este tipo de narraciones o expresiones orales al ser reproducida
en infinidad de ocasiones, se vayan modificando o deformando con el paso de los
años
En el artículo “El cuento de tradición oral y el
cuento literario: de la narración a la lectura”, Pascuala Morote Magán establece que “tenemos
testimonios de escritores famosos, que guardan en su prodigiosa memoria la
huella que ha dejado en ellos su contacto infantil con los cuentos, por los que
han caminado, de los que han aprendido y que han incorporado a sus creaciones
posteriores, en una permanente fusión entre lo tradicional, cuya característica
esencial es la oralidad y la modernidad cuya base se asienta en la escritura
creada a partir de las palabras recibidas y asimiladas con el paso del tiempo.
Los términos cantar y contar están
inseparablemente unidos a la historia de la Literatura Universal y ambos
conforman el placer de la escucha que conduce al individuo hacia la
comunicación, la convivencia, la construcción verbal del mundo, la formación de
su autonomía individual y humana y el amor a la palabra repleta de ideas y
sentimientos, de realidades y maravillas, de inquietudes, de dudas, de
certezas, de experiencias, de aventuras... en suma, repleta de cultura. La
palabra, cuyo carácter evocativo establece vínculos de unión y abre las puertas
a la memoria”.
Es el caso de la vida del poeta Hassán Alí Ibn
Neffah - más conocido como el Maestro H.A. – que recoge el libro “El camino de
la sabiduría” escrito por Jaime Hales y publicado por HB Editores, en el cual
se cuenta el camino emprendido por el poeta para conocer la sabiduría y y
muestra cono el relato de su vida, tocó la de muchísimas personas por su
simplicidad y belleza.
El contexto de la historia estaría ubicado en la primera mitad del siglo XX. Sin embargo, se extraña es un marco histórico más definido es decir que, sin muchos detalles, el lector pueda darse cuenta en qué momento de la historia universal está anclado el relato.
Muestra un sistema de enseñanza que, a pesar de que la
escritura y la lectura han irrumpido en este mundo, se sigue transmitiendo de manera oral y que permite
acceder a mundos maravillosos ya sea en la forma de espacios cotidianos como
aquellos llenos de personajes maravillosos y temibles; de situaciones
espantosas y actos crueles que muestran el eterno conflicto entre el bien y el
mal o soluciones mágicas que buscan afirmar valores positivos en aquellos que
escuchan los relatos.
El protagonista de la narración está inspirado en la
vida del poeta Maestro H.A que demuestra, tener unas dotes de observación especiales,
probablemente atesoradas a través de muchas generaciones al que se unen un entusiasmo, una predisposición
emotiva, una búsqueda de la verdad, la justicia, excluyendo de su comportamiento
la tibieza y el deseo de lucimiento.
Tras él quedaban una infancia y adolescencia en las
que su carácter retraído y soñador se acentúa a la percepción de los contrastes
de la vida humana y la observancia, en el seno familiar de unas creencias y
costumbres ancestrales que guiaran su camino.
En el relato, la vida del protagonista se vuelca hacia
adentro, se reviste de intimidad, de emoción y sigilo. Es pura subsistencia de
identidad profunda, lo único que puede transmitirse a generaciones futuras y es
lo que no se perdonaría ante la erosión de uniformidad creciente de la
actualidad.
El relato tiene como característica varios factores en común: una voz en primera persona, un relato realizado frente y entre el público dándole un sentido poético transmitiendo valores, costumbres y creencias ancestrales que corren el riesgo, de desaparecer en las brumas de la historia sin que quede rastro alguna de ellas con una posición relevante dentro de la vida social y, al mismo tiempo, vinculando a la audiencia con su pasado.
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